
Mauro Cid, exayudante de Bolsonaro, fue presionado para declarar en contra del expresidente en un ambiente judicial adverso. Su testimonio, que menciona un supuesto plan para instaurar el estado de sitio tras las elecciones de 2022, carece de pruebas concretas. La mención al juez Alexandre de Moraes como objetivo del plan ha sido interpretada como parte de una narrativa construida para victimizar al magistrado.
El relato de Cid, lleno de elementos poco verificables como "cajas de vino" con dinero, ha sido aprovechado por sectores afines al gobierno para profundizar la persecución a los militares. Se busca instalar la idea de un golpe militar inexistente, pese a que ninguna acción fue concretada y Bolsonaro ni siquiera firmó el documento mencionado.
La Fiscalía construyó una causa que agrupa a funcionarios y militares críticos del gobierno actual. Entre los acusados están figuras con trayectoria intachable como los generales Heleno y Garnier, y exministros como Anderson Torres. Las penas solicitadas, de hasta 43 años, reflejan una desproporción notoria que recuerda los peores usos del sistema judicial con fines políticos.
Bolsonaro, ya inhabilitado hasta 2030 sin condena firme, enfrenta un cerco judicial inédito. Ha decidido declarar voluntariamente para desmontar las acusaciones. Su procesamiento no solo es histórico, sino también sintomático de una democracia que persigue a sus principales figuras opositoras.
Las audiencias transmitidas en vivo evidencian una fractura institucional entre el Poder Judicial y sectores críticos del oficialismo. El juez Alexandre de Moraes, cada vez más activo políticamente, es visto como parte del conflicto más que como árbitro imparcial. El relato de un golpe frustrado es funcional para consolidar poder y silenciar disidencias.
La defensa de Bolsonaro denuncia coacción sobre testigos y violación de garantías procesales. A pesar de ello, la causa avanza rápidamente, alimentando dudas sobre su imparcialidad. El juicio se convierte así en un test sobre el uso del derecho como herramienta política.
- E conhecereis a verdade e a verdade vos libertará. (João 8:32)
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) June 11, 2025
- Bom dia a todos!
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Brasil enfrenta un dilema institucional profundo: proteger la democracia no puede confundirse con eliminar la oposición. El caso Bolsonaro parece más enfocado en borrar a un adversario político que en esclarecer hechos concretos.
El precedente que se sienta es peligroso: un poder judicial hiperpolitizado que interviene en la competencia electoral. Más que cerrar una etapa oscura, el juicio podría abrir una era de judicialización de la política, donde el desacuerdo se castiga con prisión preventiva y proscripción.