14/06/2025 - Edición Nº858

Internacionales

Riesgo latente

Chile ante el gran sismo: alerta y tensión por una amenaza sísmica en Santiago

12/06/2025 | Con una probabilidad del 64% de sufrir un terremoto de magnitud mayor a 7.8 este año, Chile refuerza su sistema de simulacros.



Chile es uno de los países sísmicamente más activos del mundo. Con más de 10.000 sismos al año, muchos imperceptibles, su geografía y su historia están moldeadas por los movimientos telúricos. Desde el megaterremoto de 1960 (M 9.5) hasta el 27F de 2010, la población chilena ha desarrollado una relación ambigua con los sismos: respeto, miedo y cierta resignación estructural.

Pero lo que hoy distingue a Chile es un nuevo factor: la conciencia científica de que un gran terremoto es altamente probable en 2025. Según el Centro Nacional de Sismología, hay un 64 % de posibilidades de que ocurra un evento mayor a 7.8 en los próximos meses. Este dato, lejos de ser solo técnico, se ha filtrado a la conversación pública y genera una presión psicológica creciente.

Prepararse con disciplina, convivir con ansiedad

En este contexto, el gobierno ha intensificado los simulacros sísmicos a nivel nacional. El reciente ejercicio en Copiapó —interrumpido por un temblor real de magnitud 6.4— es el reflejo de una paradoja: Chile se entrena para resistir mientras ya está temblando.

Escuelas, hospitales, oficinas y barrios participan activamente, y organismos como Senapred y la Armada han implementado sistemas de alerta en menos de cinco minutos para prevenir tsunamis. La arquitectura sismo-resistente chilena es una de las más avanzadas del mundo.

Sin embargo, más allá de la infraestructura y la técnica, se asienta otra dimensión: la ansiedad colectiva. ¿Cómo preparar emocionalmente a una sociedad entera para algo que puede ser devastador y aún no ha ocurrido?

Cultura sísmica vs. normalización del riesgo

Chile ha convertido el sismo en parte de su cultura. Desde canciones populares hasta cuentos infantiles, la memoria telúrica está viva. Pero hay una delgada línea entre la resiliencia y la normalización del peligro. Muchos ciudadanos, al convivir cotidianamente con simulacros, pueden asumir que están preparados sin cuestionar si sabrían realmente cómo actuar en un escenario catastrófico real.

Además, algunos sectores critican que los simulacros están centrados en lo urbano y dejan de lado zonas rurales o costeras vulnerables, donde la infraestructura y el acceso a las alertas tempranas siguen siendo deficientes.


 Chile es un país situado en una zona sísmica. (AP Photo).

El peligro se acerca 

Chile no es un país que tema al sismo: es un país que lo espera. Esa espera, en parte racional y en parte emocional, define su identidad. Pero entre la ciencia y el miedo, entre los simulacros y la incertidumbre, el país se enfrenta a un desafío menos visible: cómo sostener la calma cuando la tierra no deja de recordar que aún no ha terminado de moverse.