14/06/2025 - Edición Nº858

Internacionales

Tensiones impositivas

Lula da Silva impulsa un plan fiscal que divide a Brasil y genera rechazo

12/06/2025 | Aunque Lula estima ingresos por 7.200 millones de dólares anuales, empresarios temen que el plan frene la inversión y el empleo.



El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva anunció un ambicioso paquete fiscal que promete recaudar 7.200 millones de dólares anuales. La propuesta incluye ajustes impositivos a instituciones financieras, una nueva regulación sobre los intereses sobre el capital propio (JCP) y tributos más altos para las apuestas en línea y las ganancias de capital.

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, defendió el proyecto como una "señal de responsabilidad fiscal" que podría consolidar el crecimiento. Sin embargo, el tono optimista del Ejecutivo contrasta con el malestar creciente en el sector privado.

Empresarios en alerta y advertencias del mercado

Las principales críticas provienen de ejecutivos financieros, inversores y analistas económicos que ven en el paquete un obstáculo para la recuperación. La eliminación de beneficios fiscales para bancos y la subida del tributo sobre intereses distribuidos podría afectar la rentabilidad y desalentar nuevas inversiones.

A esto se suma la preocupación por la inseguridad jurídica que podría generar una modificación tan amplia del régimen tributario. Algunos especialistas advierten que sin una revisión del gasto público estructural, el aumento de impuestos terminará trasladándose a los consumidores y reduciendo el consumo interno.

Promesas sociales bajo presión

El gobierno asegura que la recaudación servirá para blindar programas sociales sin recurrir a recortes, pero los expertos cuestionan la sostenibilidad del modelo. El plan incluye ingresos extraordinarios por subastas de petróleo y dividendos de empresas estatales, fuentes que no garantizan un flujo constante a mediano plazo.

Si bien el paquete mantiene exenciones para jubilados, salud y educación, también abre la puerta a futuras revisiones de incentivos. Esto genera incertidumbre entre pymes y sectores tecnológicos que podrían verse afectados si el gobierno endurece su política fiscal.


Fernando Haddad, Ministro de Hacienda de Brasil. 

Un plan peligroso 

El plan de Haddad es ambicioso, pero enfrenta un dilema: mejorar la recaudación sin dañar el ambiente de negocios. A corto plazo, podría reforzar el equilibrio fiscal. A largo plazo, su éxito dependerá de si logra sostenerse sin erosionar la confianza del sector privado.

La iniciativa ha abierto un nuevo frente de tensión entre el Palacio de Planalto y el mercado. La pregunta ya no es cuánto puede recaudar el gobierno, sino cuánto riesgo está dispuesto a asumir el empresariado brasileño frente a un Estado cada vez más intervencionista.