
Con medio año transcurrido, el negocio ganadero vive una postal inusual. En líneas generales, cuando las exportaciones de cortes vacunos sufre una merma, al consumo interno le cuesta absorber esos saldos exportables que se vuelcan a los mostradores de las carnicerías. Pero según estimaron desde el Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan), los consumidores domésticos compraron más carne, incluso con aumentos en los mostradores por encima de la inflación.
Vale la pena hacer un breve repaso por cómo se comportó el dólar desde los anuncios del Gobierno sobre el sistema de flotación de bandas. A dos meses de la implementación del nuevo esquema de libre flotación entre bandas, el tipo de cambio oficial se estabilizó cerca de los $1.200.
Esta cifra representa una depreciación del peso de menos del 9% desde el cambio de régimen y del 14% en lo que va del año. En términos interanuales, el tipo de cambio se apreció un 26%, pasando de un promedio de $928 en mayo de 2024 a $1.167 al cierre del mes pasado. En ese mismo período, la inflación en pesos alcanzó el 43,5%.
Pasando en limpio, esto implica que la evolución del tipo de cambio fue inferior al ritmo de inflación en pesos. Cuando se presenta esta relación, se ven afectados de manera directa los costos internos medidos en dólares, en especial para los productos que se destinan al mercado local.
Esto es porque la apreciación del peso tiende a encarecer dichos costos cuando no se compensa con una baja inflación interna. Según explicaron desde el Rosgan, en el caso de la carne vacuna -donde más del 70% de la producción se destina al consumo interno- este fenómeno coincide con un aumento del consumo local.
La entidad rosarina estimó que entre enero y abril de 2024 y con un nivel de producción de carne similar al año anterior -993.000 toneladas- las exportaciones de cortes vacunos cayeron un 26%.
En paralelo, el mercado interno absorbió un 13% más y en estos cuatro meses alcanzó las 761 mil toneladas. “El consumo doméstico viene dando señales de un fortalecimiento notable”, remarcaron.
Esta situación se presentó aunque la suba en los precios de la carne en los mostradores le ganó a la inflación. En el último año, los valores aumentaron un 60%, mientras que la inflación general fue del 42,2%.
En ese mismo lapso, la hacienda de consumo aumentó un 56%, el transporte de carga 48%, y los servicios públicos entre 30% y 50%. En contrapartida, el Rosgan señaló que los salarios registraron un aumento del 71% durante el período analizado.
“El aumento de la capacidad de compra que genera esta apreciación para el consumidor -contra una inflación de 42%-, es lo que en definitiva está sosteniendo estos niveles de consumo, sin rescindir precio”, afirmaron.
En un escenario de costos más elevados y márgenes más ajustados, los derechos a la exportación para los frigoríficos exportadores no son una cuestión menor. Este eslabón tributa un 6,75%,–a excepción de los cortes provenientes de vacas- porcentaje que que genera una clara desventaja respecto a competidores directos como Brasil.