
Horas después del operativo aéreo israelí que impactó centros nucleares e instalaciones militares iraníes, el régimen de Teherán lanzó una ofensiva balística de gran escala contra Israel. Más de un centenar de misiles fueron disparados hacia Tel Aviv, Jerusalén y otras zonas estratégicas.
Si bien el sistema de defensa israelí interceptó la mayoría de los proyectiles, varios alcanzaron zonas urbanas, causando heridos y provocando alarma entre la población civil. Para Irán, se trató de una respuesta "proporcional" ante lo que calificó como un acto de guerra por parte del Estado hebreo.
El líder supremo Alí Jameneí declaró que Israel "recibirá una lección amarga si insiste en su agresión" y advirtió a Estados Unidos que cualquier intervención directa tendrá consecuencias regionales severas. Irán movilizó a la Guardia Revolucionaria y activó redes de apoyo en Líbano, Siria y Yemen.
Mientras tanto, en Israel, el gobierno de Netanyahu convocó a su gabinete de seguridad y advirtió que la respuesta será sostenida y de largo alcance si continúan los ataques iraníes. En este momento, ambas naciones parecen tantear los límites de una guerra total, aunque sin cruzar aún el umbral definitivo.
La vida se volverá sin duda amarga para los sionistas. #Irán pic.twitter.com/gSG9BqURrW
— Ayatolá Jameneí (@es_Khamenei) June 13, 2025
El contraataque iraní expone la fragilidad de la disuasuasión en una región marcada por alianzas cruzadas y enemistades históricas. Para Teherán, este episodio representa una oportunidad para proyectar fuerza ante sus aliados y rivales.
Sin embargo, los analistas advierten que una escalada sin límites podría tener consecuencias desastrosas para toda la región. Los próximos días serán clave para saber si la diplomacia logra imponerse sobre la lógica de la represalia.
#IRAN contrataca con todo , y somete Tel Aviv a una andanada de misiles balisticos .
— la exocet 🚀 (@pampaIIIpelis) June 13, 2025
Varios puntos impactados , como el ministerio de defensa de Israel que practicamente fue destruido pic.twitter.com/HBZL1YNIcZ
La avanzada iraní con más de un centenar de drones y misiles, lanzado tras la ofensiva israelí del día anterior, marca una de las escaladas más graves entre ambos países en décadas. Desde la perspectiva israelí, la operación inicial contra instalaciones militares iraníes respondió a amenazas concretas y crecientes, incluyendo el desarrollo nuclear y el despliegue de milicias aliadas de Teherán. Para Jerusalén, el uso de fuerza fue una acción preventiva dentro del marco de la defensa nacional, basada en información de inteligencia que apuntaba a posibles ataques inminentes. La ofensiva buscaba interrumpir esa capacidad antes de que se concretaran nuevos riesgos.
Frente a la reacción iraní, Israel considera que su operación fue no solo necesaria sino también medida. Aunque el contraataque de Teherán logró impactar zonas sensibles como Tel Aviv, la rápida activación del sistema defensivo y la contención diplomática reforzaron el mensaje disuasorio israelí. Desde esta óptica, la respuesta de Irán valida la tesis israelí: que la amenaza es tangible y persistente.