
Los efectos del cambio climático ya no son hipotéticos en el Cono Sur. Sequías prolongadas, alteraciones en el régimen de lluvias y el descenso de los caudales fluviales están afectando directamente la producción agrícola, el suministro eléctrico y la navegación. Ante este escenario, Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina firmaron la Declaración de Asunción, un acuerdo regional que apuesta a la diplomacia científica como herramienta para construir resiliencia climática.
El acuerdo se consolidó en el marco de la 33ª Conferencia de las Partes del Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global (IAI), celebrada entre el 26 y el 30 de mayo en Asunción. El eje principal es la implementación de planes multilaterales de monitoreo y alerta temprana, con base en datos compartidos y coordinación regional.
La diplomacia científica se define como el uso de la ciencia para articular políticas públicas y fomentar alianzas internacionales que enfrenten problemas transfronterizos. En este caso, el objetivo es fortalecer capacidades locales para anticipar y gestionar eventos climáticos extremos. Las partes reconocieron que, si bien existe información técnica disponible, esta se encuentra fragmentada y con escasa coordinación institucional.
Según Anna Stewart-Ibarra, directora del IAI, "necesitamos ser capaces de escucharnos y aprender unos de otros para definir la agenda climática de los próximos 10 años".
Durante el encuentro, la representante argentina Agustina Salvati (CONICET) destacó el catálogo de productos tecnológicos y científicos que el país promueve en sus embajadas. Entre ellos, resaltan las semillas de soja resilientes que se exportan a China y el maíz HAHB11, modificado genéticamente para resistir adversidades climáticas.
Esta estrategia busca posicionar a Argentina como exportador de capacidades tecnológicas en el escenario global. En ese sentido, la diplomacia científica funciona también como herramienta de inserción internacional.
El IAI, organizador del encuentro, es un organismo intergubernamental que promueve la colaboración entre ciencia y política. Desde 2024 tiene sede en Panamá y representa a 19 países del continente. Además, coordina el Belmont Forum, una red de 32 agencias que financia investigaciones sobre clima, salud, biodiversidad y seguridad alimentaria.
Participaron también instituciones como la Organización Meteorológica Mundial, el CONACYT paraguayo, el Centro de Investigación sobre Cambio Global (CICAG) y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción.
El consenso logrado en Asunción marca un avance en la integración regional frente al cambio climático. Sin embargo, el verdadero desafío será traducir los compromisos en proyectos operativos, financiamiento sostenido y articulación efectiva entre gobiernos, centros de investigación y usuarios de servicios meteorológicos. La Declaración de Asunción es un primer paso, pero su éxito dependerá de la capacidad de los países del Cono Sur para convertir el conocimiento compartido en decisiones concretas.