
La violencia brutal que sacudió a Tortuguitas este fin de semana dejó una escena de terror: dos cuerpos calcinados dentro de un Citroën C3 blanco, hallados en una calle del partido bonaerense de Malvinas Argentinas. Uno de los cadáveres estaba en el baúl; el otro en el asiento trasero.
Las llamas consumieron el vehículo casi por completo, pero no lograron borrar las huellas de un ajuste de cuentas que habría comenzado en el vecino partido de José C. Paz. El hecho ya es investigado como un doble homicidio agravado, y cuatro sospechosos fueron detenidos.
Las víctimas fueron identificadas por la policía como Carlos Javier Obregón, de 31 años, y un joven llamado Santiago, cuya identidad completa aún no fue confirmada oficialmente. Obregón tenía un extenso prontuario delictivo: antecedentes por robo agravado, amenazas, robo en poblado y en banda, y resistencia a la autoridad. Había salido de la cárcel en 2021 tras cumplir una condena en la Unidad Carcelaria de Florencio Varela.
La clave para reconstruir el crimen vino de la mano de Kiara Benítez, la pareja de Obregón, de 22 años. Según declaró ante la policía, la noche anterior al hallazgo se encontraba junto a su novio cuando se dirigieron al barrio de Girondo entre Quintana y Arturo Illia, en José C. Paz. Allí, Obregón bajó del auto para “comprar drogas”. Desde el interior del Citroën, la joven escuchó una ráfaga de disparos.
Poco después, un hombre conocido solo por su apodo —“Chama”— se acercó y la obligó a descender del vehículo. La llevó a la fuerza hasta el interior de una vivienda cercana. Allí, Kiara encontró a Obregón en el piso, con una herida de bala en el pecho y sin signos de vida. A su lado, estaba el cuerpo inmóvil de Santiago. La joven también relató haber escuchado a un hombre decir: “Estos dos violaron a mi mujer y a mi hija”, frase que refuerza la hipótesis de una venganza personal como móvil del crimen.
Tras el doble asesinato, los cuerpos fueron cargados en el Citroën C3. A Kiara la obligaron a subirse a una moto Bajaj Rouser negra. Fue trasladada hasta una estación de servicio Axion en la ruta 197 y Canning, también en José C. Paz, donde fue liberada.
Horas después, la Policía Bonaerense localizó el vehículo completamente incendiado en Tortuguitas, con los dos cadáveres en su interior. “No murieron por el incendio. Los mataron, los metieron en el baúl y los quemaron en su propia camioneta. Esta gente le debía plata a mi cuñado y lo mataron por eso”, escribió en redes sociales Luciana Brenda Ayelén, quien se identificó como cuñada de Obregón.
La investigación quedó en manos de la UFI N°25 de Malvinas Argentinas, a cargo del fiscal Federico Afatatti, quien dispuso una serie de medidas urgentes: relevamiento de cámaras de seguridad, búsqueda activa de testigos, y peritajes en los dos lugares clave del caso -el domicilio en José C. Paz y el punto de hallazgo del auto incendiado-.
Durante las primeras diligencias, la policía detuvo a cuatro sospechosos. Uno de ellos, de 25 años, fue capturado en las inmediaciones de Girondo y Quintana, señalado por testigos como integrante de la banda que ejecutó el crimen. En el allanamiento del domicilio donde habrían ocurrido los asesinatos, la Policía Científica incautó 15 vainas servidas calibre 9 mm, cuatro proyectiles deformados, y muestras de sangre y tejido hemático. Hoy se realizará una rueda de reconocimiento con los detenidos.
Los investigadores manejan dos hipótesis principales: una venganza por un presunto abuso sexual cometido por las víctimas, y una deuda vinculada al narcotráfico, según lo sugerido por allegados de Obregón. El prontuario de la víctima y la declaración de Kiara refuerzan la posibilidad de un entramado criminal más complejo.
LN