17/06/2025 - Edición Nº861

Internacionales

Escalada regional

Israel e Irán al borde de una guerra abierta tras ataques cruzados de alta intensidad

17/06/2025 | Con misiles, drones y bombardeos quirúrgicos, ambos países profundizan una confrontación sin precedentes directos.



La tensión entre Israel e Irán alcanzó su punto más álgido desde que comenzaron sus hostilidades indirectas hace más de una década. En menos de cinco días, ambos países se han atacado mutuamente con una intensidad que recuerda a los momentos más críticos del siglo XXI. La ofensiva israelí, denominada "León Ascendente", se centró en destruir las capacidades nucleares y balísticas iraníes, mientras que Teherán respondió con una operación masiva llamada "Promesa Verdadera III", que incluyó el lanzamiento de más de 150 misiles y más de 100 drones sobre ciudades israelíes.

Los primeros informes confirman al menos 224 muertos en Irán y más de 24 víctimas fatales en Israel, además de cientos de heridos en ambos bandos. Las imágenes que circulan muestran columnas de humo en Isfahán, explosiones en Tel Aviv y el derribo de cazas iraníes F-14. La comunidad internacional observa con alarma mientras las potencias del G7 exigen un alto al fuego inmediato y advierten sobre el riesgo de una guerra regional de mayores proporciones.

El golpe de Israel: misiles sobre las centrifugadoras

La ofensiva aérea israelí comenzó el viernes 13 de junio, apuntando contra instalaciones nucleares clave como Natanz, Fordow y el complejo de Isfahán, así como contra bases de misiles y comandos de élite de la Guardia Revolucionaria. Según fuentes militares israelíes, más de 15.000 centrífugas fueron destruidas o inhabilitadas, paralizando parcialmente el programa nuclear iraní.

El ataque también alcanzó el aeropuerto de Teherán, donde fueron destruidos dos cazas F‎-14 Tomcat. El gobierno de Netanyahu justificó la operación como un acto preventivo ante lo que consideró un aumento "crítico" del enriquecimiento de uranio por parte de Irán. Las Fuerzas de Defensa de Israel aseguran que la operación degradó de forma significativa la capacidad ofensiva de Teherán.

La respuesta iraní: oleadas de misiles contra civiles y objetivos estratégicos

En represalia, Irán activó su plan "Promesa Verdadera III" y lanzó una oleada de más de 150 misiles balísticos y 100 drones explosivos contra el territorio israelí. Ciudades como Tel Aviv, Haifa, Jerusalén y Petah Tikva fueron impactadas en distintas rondas, generando al menos 24 muertos y decenas de edificios dañados. Aunque el sistema de defensa israelí Domo de Hierro interceptó buena parte de los proyectiles, no pudo evitar todas las pérdidas.

Los ataques provocaron escenas de caos en hospitales y refugios antibombas, con miles de personas evacuadas. Irán afirmó que sus misiles y drones estaban dirigidos a bases militares y centros de mando, pero los daños en barrios residenciales contradicen ese discurso. La comunidad internacional condenó el uso de armas de largo alcance contra zonas urbanas densamente pobladas.

El G7, Estados Unidos y la presión para volver a negociar

Frente a la escalada, el G7 emitió un comunicado respaldando a Israel y condenando los ataques iraníes, al tiempo que exigió una vuelta urgente a las negociaciones nucleares con mediación internacional. Alemania, Reino Unido y Francia pidieron moderación y advirtieron sobre el riesgo de una expansión bélica que arrastre a otros actores regionales.

Por su parte, el expresidente estadounidense Donald Trump, que asistía a la cumbre, abandonó el encuentro anticipadamente para "respaldar la superioridad militar de Israel". En declaraciones públicas, pidió la rendición total de Irán, profundizando aún más las tensiones y alejando por ahora cualquier iniciativa diplomática directa.

Irán abre la puerta a negociar, pero pone condiciones

En un giro inesperado, el gobierno iraní dejó entrever la posibilidad de retomar las conversaciones nucleares si se cumplen ciertos requisitos. Entre ellos, exige que Estados Unidos cese su apoyo militar activo a Israel y que las negociaciones se realicen con mediadores regionales como Catar, Omán o Arabia Saudita.

El canciller iraní advirtió que si no hay señales claras de desescalada, Irán se reservará el derecho de continuar con los ataques. Además, el cierre del espacio aéreo, el estado de emergencia interno y la movilización parcial de reservistas en Irán indican que el régimen se prepara para una posible guerra de mayor escala.

La tensión aumenta

El conflicto entre Israel e Irán ha dejado de ser un enfrentamiento indirecto y se ha transformado en una guerra híbrida abierta, con intercambio de fuego directo entre ambos territorios. La destrucción de infraestructuras nucleares, los ataques aéreos y los misiles contra civiles marcan un punto de no retorno, lo que complica seriamente cualquier posibilidad inmediata de diálogo.

Aunque algunos actores internacionales intentan reactivar los canales diplomáticos, la combinación de bajas civiles, apoyo militar explícito de potencias extranjeras y retórica belicista sugiere que la región podría entrar en una espiral de violencia sostenida. La contención del conflicto dependerá de si las partes logran, en el corto plazo, imponer límites a sus propias represalias.