17/06/2025 - Edición Nº861

Internacionales

Fin de una era

Reza Pahlavi y la esperanza de una nueva república iraní

17/06/2025 | En medio del colapso del régimen clerical, el heredero del último Shah emerge con un mensaje claro: transición democrática y unidad nacional.



Frente al colapso de la República Islámica y una ciudadanía cada vez más movilizada, Reza Pahlavi, hijo del último Shah de Irán, se posiciona como una figura clave en la transición hacia un nuevo orden político. Su reciente comunicado, difundido en redes sociales, no solo reafirma su papel como referente opositor, sino que plantea una hoja de ruta concreta para abandonar el autoritarismo clerical e iniciar una etapa de reconstrucción democrática.

"El régimen ha caído. El futuro es brillante y juntos pasaremos esta página de la historia", declaró el príncipe exiliado en un mensaje directo al pueblo iraní. En el mismo tono, hizo un llamado a las fuerzas armadas, los funcionarios públicos y los cuerpos de seguridad para que no se sacrifiquen por un régimen moribundo. Su propuesta es clara: una transición ordenada y plural hacia un gobierno nacional democrático liderado por el propio pueblo iraní.

Un plan para el día después

A diferencia de muchos opositores, Reza Pahlavi no se limita a las consignas. Ha delineado un plan de transición dividido en tres fases: estabilización institucional en los primeros 100 días, consolidación jurídica y desarrollo económico sostenible. Esta propuesta, enmarcada dentro del Iran Prosperity Project, ha sido respaldada por sectores del exilio, figuras de derechos humanos y analistas internacionales.

No se trata de restaurar una monarquía absoluta, sino de facilitar el surgimiento de una nueva república. Pahlavi insiste en que no busca un trono, sino servir de puente simbólico entre el pasado imperial y un futuro democrático. En ese sentido, su rol sería transitorio, con elecciones libres como punto final del proceso.


Imagen histórica del sha y su esposa Farah, junto a su hijo, el príncipe heredero, en Teherán (Getty).

Apoyo creciente, dentro y fuera

El llamado de Reza Pahlavi encuentra eco en múltiples frentes. En Irán, movimientos como "Mujer, Vida, Libertad" han demostrado la profundidad del hartazgo ciudadano con el régimen teocrático. Fuera del país, su liderazgo ha sido reconocido por miembros del Congreso estadounidense, eurodiputados y líderes de la diáspora iraní.

La reciente escalada militar en la región, sumada al debilitamiento del aparato represivo interno, configura un momento propicio para el cambio. En ese marco, su propuesta de no violencia y cohesión nacional destaca como una alternativa viable frente al caos o la intervención extranjera.

Una figura con legitimidad histórica

Reza Pahlavi carga con el peso y la legitimidad de un apellido que simboliza orden y modernización para parte del pueblo iraní. Lejos de la nostalgia autoritaria, ha sabido adaptarse al discurso de los derechos humanos, la igualdad de género y el pluralismo político.

Su figura aglutina, más que divide, y eso lo convierte en un actor fundamental en cualquier escenario de transición. Su propuesta de no revancha, de justicia restaurativa y de diálogo intergeneracional ofrece un camino para cerrar definitivamente la herida abierta en 1979.

Una nueva esperanza

Irán vive un punto de inflexión histórico. Tras décadas de represión, corrupción y aislamiento internacional, la posibilidad de construir una nueva república democrática ya no es una quimera. Y Reza Pahlavi, con su visión estratégica, su legitimidad heredada y su apertura al diálogo, representa una oportunidad real de reconstrucción.

El fin del ayatolá Khamenei no tiene por qué derivar en caos. Si la transición se guía por los principios propuestos por Pahlavi, Irán puede pasar de la oscuridad a una etapa de renacimiento. La historia puede ser justa si se la empuja con decisión y visión.