Qué pasó con el dirigente estudiantil que fue asesinado en La Plata: las dudas que arrojó la escena del crimen

La escena del crimen sumó más interrogantes en el misterioso crimen de Pedro Pablo Mieres, el secretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que este martes 17 de junio fue hallado asesinado en su casa de la capital provincial. 

Mieres vivía en las calles 115 entre 46 y 47. Su cuerpo fue hallado completamente desnudo, atado de pies y manos, con un trapo en la boca y en medio de un charco de sangre, producto de varios golpes que, a simple vista, habrían sido provocados por un objeto contundente

Esta disposición, según fuentes judiciales, no se corresponde con un ataque espontáneo, sino con una agresión prolongada, lo que abre una línea investigativa que apunta más a lo personal que a un intento de robo como se especuló en un primer momento. El informe preliminar de autopsia, realizada este miércoles, reveló que fue asesinado a golpes y por asfixia. 

Uno de los puntos que llamó particularmente la atención de los investigadores fue la presencia del llamado “mono”, una frazada con objetos de valor anudados en su interior. Aunque para algunos podría interpretarse como un intento de robo frustrado, los investigadores no descartan que se haya tratado de un montaje para desviar la atención sobre el verdadero móvil del crimen. De hecho, el mono fue abandonado en el lugar, algo atípico si el objetivo hubiese sido el hurto.

Otro dato inquietante es que la puerta de la casa dirigente estudiantil no estaba cerrada con llave, lo que sugiere que Mieres pudo haber conocido a su agresor. Además, la ausencia total de ropa sobre el cuerpo refuerza la idea de una relación previa o un encuentro pactado, que terminó de forma trágica.

En paralelo, la extrema violencia y el sadismo del ataque, sumados a la falta de signos de resistencia o defensa, indican que el joven pudo haber sido reducido o sorprendido en situación de indefensión. El trapo en la boca es otro detalle que alimenta esa hipótesis, ya que podría haber sido usado para evitar gritos durante una tortura prolongada.

Las autoridades judiciales, con el fiscal Gonzalo Petit Bosnic a la cabeza, dispusieron el análisis del teléfono celular de Mieres, cámaras de seguridad y búsqueda de testigos, en especial de las horas previas al hallazgo. 

Mientras avanza la investigación, la comunidad universitaria expresó su consternación y exigió justicia, en medio de un dolor profundo por la pérdida de un joven reconocido por su compromiso social, su sensibilidad artística y su rol en la extensión universitaria. Las autoridades de la UNLP decretaron duelo institucional.

LN