18/06/2025 - Edición Nº862

Internacionales

Acusación incendiaria

Nicolás Maduro llama a Netanyahu "el Hitler del siglo XXI" y reaviva el antisemitismo de Chávez

18/06/2025 | El mandatario acusó al primer ministro israelí de llevar al mundo a una guerra global, en una declaración que revive la narrativa hostil contra Israel.



En una nueva intervención pública transmitida por Venezolana de Televisión (VTV), el presidente Nicolás Maduro arremetió contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, llamándolo "el Hitler del siglo XXI". En su discurso, el mandatario acusó al gobierno israelí de provocar una escalada militar de consecuencias "fatales para la humanidad" por los recientes bombardeos contra Irán. Aunque presentó su mensaje como un llamado a la paz, el tono y los términos usados revivieron una narrativa cargada de simbolismo y hostilidad que en Venezuela tiene un antecedente muy claro: el discurso de Hugo Chávez en 2006 durante la guerra del Líbano.

"Hay que detener la locura de Netanyahu", dijo Maduro. "Ese Hitler del siglo XXI está llevando al mundo a una guerra sin retorno". Las declaraciones se suman a una serie de posicionamientos de otros líderes como Recep Tayyip Erdogan, quien también comparó a Netanyahu con Hitler esta semana. Sin embargo, el caso venezolano tiene un trasfondo singular, marcado por una larga historia de ruptura diplomática con Israel y una narrativa oficial que desde hace casi dos décadas ha oscilado entre la condena sistemática y el antisemitismo solapado.

El legado de Chávez: insultos, ruptura y "maldiciones"

En 2006, en medio del conflicto entre Israel y Hezbollah, el entonces presidente Hugo Chávez condenó con vehemencia la operación israelí y llamó a Israel "estado genocida". Poco después, expulsó al embajador israelí de Caracas y acusó al pueblo judío de repetir con los palestinos lo que los nazis hicieron con ellos. En 2009, tras la ofensiva en Gaza, Chávez declaró: "Desde lo más profundo de mi alma maldigo al Estado de Israel". Ese discurso provocó una ola de antisemitismo en medios oficialistas y ataques a sinagogas en Venezuela.

Desde entonces, las relaciones diplomáticas entre Caracas y Tel Aviv quedaron suspendidas. Venezuela se alineó con Irán, Siria y otros actores hostiles a Israel, incluso ofreciendo apoyo simbólico y diplomático a organizaciones como Hamas o Hezbollah. En ese contexto, las palabras de Maduro no son una excentricidad aislada, sino la continuación de una postura ideológica que ha sido parte del chavismo desde sus orígenes.

Antisemitismo disfrazado de antisionismo

Si bien Maduro insiste en que su crítica es al "sionismo" y no al pueblo judío, organizaciones internacionales como el Centro Simon Wiesenthal han alertado repetidamente que el lenguaje usado por el oficialismo venezolano raya en el antisemitismo. Comparar a Netanyahu con Hitler no solo trivializa el Holocausto, sino que perpetúa una narrativa de odio que, en el pasado, ya tuvo consecuencias concretas en Venezuela: vandalismo a sinagogas, amenazas a líderes judíos y un clima de miedo para una comunidad que, si bien hoy es pequeña, tiene una historia centenaria en el país.

Las declaraciones de Maduro también deben leerse en clave geopolítica. En momentos en que Irán e Israel se encuentran en un nivel de confrontación inédito, Maduro busca mostrar lealtad a Teherán, uno de sus principales aliados internacionales. Su llamado a países como Rusia, China y Turquía para frenar a Israel no es más que una forma de legitimarse dentro del eje antioccidental del Sur Global. El discurso antimperialista, reciclado en clave antisionista, le permite a Maduro posicionarse simbólicamente como defensor de los pueblos oprimidos, aun cuando su propio régimen es acusado de violaciones sistemáticas de derechos humanos.

Un guión repetido, con consecuencias reales

Las palabras de Maduro no deben tomarse como una mera provocación retórica. En un país polarizado, empobrecido y donde el aparato mediático está bajo control del Estado, este tipo de discursos sientan precedentes peligrosos. Ya en el pasado, la narrativa antisionista del chavismo derivó en ataques reales a la comunidad judía. Hoy, con la región sumida en tensiones geopolíticas y un clima internacional cada vez más frágil, revivir ese guion puede tener efectos que van mucho más allá de lo simbólico. No se trata solo de palabras: es una estrategia política que juega con fuego.