
El parque ecológico Xochitla, enclavado en Tepotzotlán, Estado de México, enfrenta una amenaza creciente: su eventual conversión en complejo industrial. Desde que cerró al público durante la pandemia, el destino del espacio quedó rodeado de incertidumbre. Aunque hoy no existen permisos formales para su transformación, el silencio de sus propietarios y los recientes ajustes de uso de suelo han encendido las alarmas entre vecinos, activistas y especialistas ambientales.
Con más de 70 hectáreas de áreas verdes, lagos y flora nativa, Xochitla constituye uno de los escasos pulmones de la región. Alberga más de 260 especies vegetales y funge como refugio temporal para aves migratorias. La posibilidad de que este ecosistema desaparezca ante la llegada de naves industriales ilustra la tensión permanente entre expansión económica y conservación ambiental.
En los últimos cinco años, el Estado de México ha vivido un auge de desarrollos industriales. De 101 parques en 2020 se pasó a 220 en 2025, y Tepotzotlán se consolidó como uno de los principales polos de expansión. Muchos de estos proyectos ocuparon terrenos que antes eran áreas verdes, deportivas o agrícolas.
Este contexto alimenta los temores sobre el futuro de Xochitla. En 2023, aunque no se modificó formalmente su uso de suelo, sí se realizó una reclasificación que lo habilita para actividades mixtas, abriendo la puerta a desarrollos no recreativos. La comunidad teme que esta ambigüedad facilite cambios discrecionales a corto plazo.
Frente a este panorama, en diciembre de 2024 surgió el colectivo “Xochitla Vive”, encabezado por vecinos como Itzel Ramos. Desde entonces, el grupo ha organizado protestas, recolección de firmas y envío de cartas a las autoridades para exigir la preservación del parque. Su objetivo principal es que el sitio sea declarado Área Natural Protegida.
La respuesta ciudadana ha sido contundente: más de 21 000 firmas en plataformas digitales, una marcha de alrededor de 1 000 personas y compromisos firmados por municipios como Teoloyucan para no otorgar permisos industriales. El colectivo busca ahora que más alcaldes se sumen y ejerzan presión conjunta.
PIDEN EXPROPIACIÓN DE 70 HECTÁREAS DEL PARQUE ECOLÓGICO XOCHITLA PARA SU PROTECCIÓN !!!
— @vientoinformativo (@VientoInforma) March 2, 2025
- Vecinos y ecologistas realizan cadena humana en zona de reserva de Tepotzotlán
- Exigen a las autoridades la expropiación ante la intención de que se edifiquen naves industriales pic.twitter.com/zyKacoMLKR
A pesar de la movilización, las autoridades estatales mantienen una postura ambigua. La CEPANAF (Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna) respondió que no puede intervenir sin el consentimiento de la propietaria, la Fundación Xochitla, que hasta ahora no ha emitido declaración pública.
Mientras tanto, han ocurrido hechos preocupantes. En abril de 2024 se talaron más de 100 árboles con aval del ayuntamiento de Tepotzotlán, bajo el argumento de riesgo sanitario. Para los vecinos, este episodio representa otro paso hacia la degradación del parque.
Xochitla no es solo un parque: es un espacio de educación ambiental, recreación y conservación, único en una zona marcada por el crecimiento urbano acelerado. Su pérdida significaría un golpe a la biodiversidad y privaría a las generaciones futuras de un vínculo directo con la naturaleza.
Además, se convertiría en un nuevo ejemplo del avance industrial sobre el medio ambiente en un estado donde la planeación ecológica parece rezagada. La disputa por Xochitla es, por lo tanto, un símbolo de las tensiones estructurales entre desarrollo y sustentabilidad.
Este fin de semana se llevó a cabo el #BioFest2025 en el Parque Ecológico de Xochimilco, en el marco del #DíaInternacionalDeLaDiversidadBiológica. Reconozco a @SEDEMA_CDMX , cuyo trabajo ha sido clave en el monitoreo de nuestras Áreas Naturales Protegidas. Con actividades… pic.twitter.com/ba2Fh2WWjv
— Clara Brugada Molina (@ClaraBrugadaM) May 27, 2025
La defensa de Xochitla evidencia la necesidad de repensar los modelos de crecimiento urbano en México. La ciudadanía ha mostrado una capacidad organizativa notable, pero requiere respuestas institucionales claras y un marco legal más sólido para proteger estos espacios.
Si la Fundación Xochitla y las autoridades no asumen un compromiso transparente, la presión social podría intensificarse. En plena crisis ambiental global, decisiones como esta definirán no solo el destino de un parque, sino también el equilibrio entre lo público, lo privado y lo sustentable en el país.