
En plena era de la agricultura de precisión, drones, imágenes satelitales y maquinaria sofisticada, la poscosecha no es un paso menor, sino el nuevo frente donde se define la eficiencia del sistema productivo. Está claro que no solo se trata de ser eficientes en la siembra y cosecha de los cultivos: también hay que saber cuidar el grano una vez que finalizó la cosecha. Se trata de un activo por demás valioso, que en gran parte luego se traducen en divisas que ingresan a la economía
En este punto, un equipo de especialistas del INTA Balcarce -Buenos Aires- brindó una serie de recomendaciones que promueven una mejor gestión. Ricardo Bartosik, referente en poscosecha del INTA, explicó que tanto en silobolsa, silo o celda de almacenamiento, se concentra la producción de muchas hectáreas junto con el esfuerzo de trabajo y económico de un gran número de productores.
La #poscosecha es la nueva frontera de la eficiencia agrícola
— INTA Informa (@INTAInforma) June 18, 2025
Esta etapa estratégica puede sumar mucho valor al productor, por ello, un equipo de especialistas del INTA promueve la utilización de tecnologías para una mejor gestión de la poscosecha.
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Según indicó el profesional, una falla en el sellado, una aplicación incorrecta de insecticidas o una secadora mal calibrada pueden generar pérdidas significativas. Durante años, la mejora de la eficiencia agrícola se enfocó en la producción y en rubros como genética, fertilización, maquinaria, tecnologías de siembra y cosecha. Sin embargo, el manejo poscosecha sigue siendo un punto crítico.
“Hay mucho por ganar con buenas prácticas, tecnologías simples y decisiones de gestión”, sostuvo Diego De la Torre, también especialista del INTA. De acuerdo a estos profesionales, un manejo adecuado puede reducir las pérdidas a casi cero.
Si no se aplican las prácticas correctas, puede llegar al 5%. Leandro Cardoso, investigador del INTA Balcarce, explicó algunos puntos a tener en cuenta. “Es clave preparar bien el terreno, usar maquinaria en buen estado, sellar con termoselladora, revisar periódicamente, controlar roedores y monitorear”, afirmó.
Una práctica extendida en el país es el uso de silobolsa. “Es una gran herramienta, pero como toda herramienta tiene sus limitaciones. No sirve para guardar grano húmedo por mucho tiempo”, aclaró Cardoso. Si el grano entra seco y se mantiene la bolsa intacta, el sistema puede conservar el grano en buenas condiciones.
El especialista explicó que un solo silobolsa puede contener el trabajo de decenas de hectáreas, pero una falla en la conservación puede impactar sobre toda esa producción. “Una secadora con sensores mal calibrados puede arruinar completamente la calidad de un trigo panadero”, agregó.
Entre las soluciones, el uso de silos permite una gestión más eficiente, aunque implica mayor inversión. Estos sistemas permiten secar, limpiar y conservar mejor los granos. También ofrecen mejores condiciones para negociar precios al momento de la venta.
El desafío también alcanza a los acopios comerciales. Sobre este eslabón del negocio granario, Bartosik advirtió que “en los acopios comerciales o cooperativos, las pérdidas también son grandes si no se gestiona bien. A veces, por no tener termometría o aireación automática, se pierde calidad o incluso se generan focos de calentamiento”.
Bartosik indicó que además de tecnología, se necesita gestión. “Hace falta implementar buenas prácticas con registros, procedimientos y auditorías. Y, sobre todo, hace falta capacitar a la gente y cambiar la forma de gestionar esta etapa”, señaló.
Según los especialistas, uno de los principales obstáculos para avanzar en poscosecha no es económico ni técnico, sino cultural. “Cuando el grano ya está en el silo o en el silobolsa, muchas veces bajamos la guardia. El resultado son toneladas de esfuerzo que pueden perderse en días”, dijo Bartosik.
El investigador explicó que es necesario que la poscosecha sea vista como parte del negocio principal. “Conservar bien el grano es tan importante como sembrarlo bien”, afirmó.