22/06/2025 - Edición Nº866

Internacionales

Escalada militar

Estados Unidos e Israel lanzan ofensiva sin precedentes y atacan el corazón nuclear de Irán

21/06/2025 | Donald Trump confirmó la participación directa de Washington en la ofensiva contra Fordow, Natanz e Isfahán.



En una operación de gran envergadura, Estados Unidos e Israel llevaron a cabo un ataque aéreo coordinado contra tres de los principales complejos nucleares de Irán: Fordow, Natanz e Isfahán. El presidente Donald Trump confirmó la participación directa de fuerzas estadounidenses, asegurando que "el ataque fue un éxito" y que se descargó "un cargamento completo" sobre Fordow.

La acción responde a una escalada de tensiones que incluyó un ataque con drones explosivos, presuntamente lanzado por Irán contra territorio israelí. De acuerdo con fuentes de defensa, el operativo incluyó el uso de bombas GBU-57 capaces de penetrar más de 30 metros de concreto, lanzadas desde bombarderos estratégicos estadounidenses B-2, así como el despliegue de cazas F-35 y F-22 desde bases en la región.

Objetivos estratégicos

El objetivo principal del ataque fue degradar la capacidad nuclear iraní antes de que alcance un umbral irreversible. La planta piloto de enriquecimiento de Natanz fue severamente dañada, incluyendo una sección con 1.700 centrifugadoras avanzadas. En Isfahán, las bombas impactaron talleres de uranio metálico y zonas de conversión. En Fordow, según declaraciones de Trump, se descargó el arsenal más pesado, diseñado para instalaciones subterráneas.

Los videos que circularon en redes sociales muestran intensos incendios, sirenas y fuego antiaéreo en las zonas afectadas. Aunque Irán sostiene que las instalaciones principales no fueron comprometidas, la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha iniciado inspecciones remotas para verificar el daño real.

Implicaciones geopolíticas

La confirmación de participación estadounidense marca un quiebre con la política de disuasión pasiva que Washington mantenía desde 2015. Trump celebró el ataque como "una restauración del liderazgo occidental frente a las amenazas existenciales", mientras que funcionarios del Pentágono reconocieron haber brindado apoyo estratégico y aéreo. No obstante, la administración Biden evitó dar declaraciones oficiales.

Irán reaccionó con dureza, calificando el ataque como una "violación flagrante del derecho internacional". El portavoz del Ministerio de Exteriores anunció que la respuesta será contundente, en el momento y lugar que Teherán decida. Se ha elevado la alerta en las fronteras occidentales del país, mientras milicias aliadas como Hezbollah también activaron sus redes de defensa.

Riesgo regional

Los analistas advierten que este ataque puede actuar como detonante de una guerra regional a gran escala. Las principales capitales del mundo activaron alertas diplomáticas. Rusia y China exigieron una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras la Unión Europea expresó "preocupación extrema".

Este operativo, conocido extraoficialmente como Operación Rising Lion, incluyó más de 200 aeronaves, con participación simultánea de fuerzas israelíes y estadounidenses. Las capacidades combinadas permitieron ejecutar una ofensiva precisa, pero con alto potencial de desestabilización global.

La escalada llegó 

La acción conjunta entre Estados Unidos e Israel representa un punto de inflexión estratégico en Medio Oriente. Más allá del daño físico a las instalaciones nucleares, el mensaje político es claro: ya no se tolerará ambigüedad sobre el desarrollo atómico iraní. Para Teherán, el ataque puede interpretarse como una declaración de guerra, lo que deja a la región al borde de una escalada sin retorno.

A diferencia de otras acciones encubiertas, esta operación fue pública, directa y contundente. Su objetivo fue no solo táctico, sino simbólico: mostrar que Occidente está dispuesto a usar la fuerza para mantener el equilibrio estratégico. Resta saber si Irán responderá con ataques regionales o acelerará su programa nuclear bajo una lógica de supervivencia.