
El mundo del fútbol comenzó a prestar atención al particular clima de Estados Unidos en esta época del año, que trajo dolores de cabeza al Mundial de Clubes y despierta dudas con respecto a la Copa del Mundo que se jugará en 2026.
Desde que arrancó el torneo de la FIFA, ya son cuatro los partidos que sufrieron interrupciones por las condiciones del tiempo y la actividad eléctrica, algo bastante habitual en esta época del año en varias ciudades que son sedes del evento.
El 17 de junio fue la primera suspensión momentánea, en el partido que jugaron el Mamelodi Sundowns de Sudáfrica y el Ulsan de Corea del Sur, que arrancó con una hora de retraso en Orlando, Florida, por la tormenta eléctrica que se avecinaba.
En todos los casos, se anuncia por los altoparlantes del estadio la inminente llegada de fuertes lluvias, con riesgo de tormenta eléctrica y se indica a todos los espectadores a abandonar las tribunas para ubicarse bajo techo. Se vacían las tribunas del estadio y el campo de juego hasta que termine el mal tiempo.
Más tarde, otros tres encuentros, Pachuca-Salzburgo en Cincinnati, Palmeiras-Al Ahly en East Rutherford, Nueva Jersey y Benfica-Auckland, otra vez en Orlando, fueron detenidos en pleno juego, alguno durante más de dos horas.
Según trascendió, en el país se producen entre 20 y 25 millones de rayos al año en verano, un fenómeno que causa más de 30 muertos y cientos de heridos, según el Servicio Meteorológico Nacional nortemaericano.
Gran parte de los fallecidos, se trata de personas que hacen actividades físicas o de ocio al aire libre, por eso la severidad en establecer ese tipo de medidas como la suspensión provisoria de los partidos. Por ley, en Estados Unidos, es obligatorio suspender los eventos deportivos al aire libre durante al menos 30 minutos cuando se detectan truenos en un radio de 13 km.
Este tema no pasa desapercibido para los propios jugadores y técnicos, sobre todo aquellos que van perdiendo. Al volver después de media hora, permite descansar a los jugadores y “rompe” la dinámica de juego.
"Tuvimos que tener en cuenta las condiciones meteorológicas y los jugadores se vieron afectados", dijo el técnico del Palmeiras de Sao Paulo, Abel Ferreira, cuyo partido contra el Al Ahly egipcio fue suspendido durante casi 50 minutos cuando su equipo ganaba 2-0 el jueves cerca de Nueva York. Y fue más allá, al sugerir que "este tipo de interrupciones favorecen" al cuadro que va ganando. "Si yo hubiera sido el otro equipo, no me habría gustado", agregó.
Bruno Lage, DT del Benfica de Lisboa, cuyos jugadores tuvieron que esperar más de dos horas en los vestuarios, antes de reanudar el partido contra el Auckland City neozelandés, declaró que había vivido "el partido más largo de su carrera".