Eliminación de peso mínimo de faena: "No estamos de acuerdo, traerá problemas a futuro"

La reciente decisión del Gobierno nacional de eliminar el peso mínimo de faena fue bien recibida por la cadena de valor de ganados y carnes. Como se recordará, a través de la Resolución 98/2025 de la Secretaría de Agricultura se puso fin a esta normativa, vigente desde 2007. 

La industria frigorífica avaló este anuncio, pero desde los eslabones intermedios del negocio consideraron que la eliminación del peso mínimo de faena no permitirá el crecimiento del stock vacuno argentino. Este punto no es menor, porque se trata de una de las asignaturas pendientes de la ganadería argentina. 

Según datos oficiales, el stock bovino en 2024 cerró en 51,6 millones de cabezas, que con respecto al año previo representó una caída de 2.2%. Además, se trata del nivel más bajo del rodeo argentino en los últimos 13 años. 

“No estamos de acuerdo, es una medida que traerá problemas a futuro, porque Argentina está con un stock vacuno muy bajo,de acuerdo a las demandas de la exportación y el mercado interno”, reconoció Ariel Morales Antón, Coordinador Federal de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya)

Un stock vacuno que no crece

En declaraciones radiales, el directivo recordó que previo a 2007 -cuando se implementó el peso mínimo de faena- no existían restricciones al momento del ingreso de los bovinos al frigorífico. “Históricamente, nunca se reguló”, sostuvo. Uno de los cuellos de botella en el abastecimiento de carne vacuna es el rodeo bovino, que se mantiene en cifras similares desde hace unos 50 años.

A finales de la década del 70´, la población en Argentina se ubicaba sobre los 28 millones de habitantes, con un rodeo que se ubicaba sobre las 50 millones de cabezas. En la actualidad, con una población de 47 millones de personas, la cantidad de vacunos en nuestro país sigue en el mismo nivel de esos años. 

Un proceso de largo plazo

“Tiiene que haber una política donde aumentemos el stock y eso sería disminuir la faena de animales livianos y también tratar de regular la faena de animales de hembras, que son las futuras madres”; explicó Morales Antón. Y agregó: “Es un proceso que no se hace de un día para el otro, tiene que haber una proyección a largo plazo”. 

El coordinador de Camya abordó uno de los mitos de la carne argentina: que el vacuno liviano (no mayor a 300 kilos) tiene una carne más sabrosa. La gente considera y cree que el animal más pesado no tiene calidad pero es un tema de genética, no de peso del animal”, afirmó. 

En este sentido, explicó que “Argentina tiene muy buena genética británica, lo ideal es buscar un punto de equilibrio en una hacienda que sirva para el mercado interno y también para la exportación”

Esto representa animales que llegan al frigorífico con un peso de 350 a 400 kilos y una media res que bajada en la carnicería oscila entre los 100 y 120 kilos. 

“No podemos enviar al mercado medias reses de 50 a 60 kilos, no le rinde al carnicero, al autoservicio, al supermercado y tampoco a los clientes. Son cortes muy chicos y eso no asegura calidad”, concluyó