24/06/2025 - Edición Nº868

Internacionales

Escalada peligrosa

Irán ataca Qatar y pone en riesgo la estabilidad regional: Estados Unidos y sus bases, en alerta máxima

23/06/2025 | Un ataque con misiles balísticos contra la base de Al Udeid en Qatar refuerza la imagen de Irán como actor desestabilizador en Medio Oriente.



El régimen iraní cruzó una nueva línea roja al lanzar misiles balísticos contra la base militar estadounidense de Al Udeid, ubicada en Qatar. Aunque no se registraron víctimas y la ofensiva fue anticipada por Teherán para evitar represalias inmediatas, el mensaje fue claro: Irán está dispuesto a internacionalizar el conflicto con Israel y arrastrar a terceros países a su lógica de confrontación.

Al Udeid, que alberga más de 10.000 efectivos estadounidenses y es clave para las operaciones antiterroristas y de defensa aérea en la región, fue blanco de una represalia calculada por parte de la Guardia Revolucionaria iraní. En lugar de golpear directamente a Israel, Teherán optó por poner a prueba la determinación estratégica de EE.UU. y la seguridad de sus aliados en el Golfo.

Qatar, víctima colateral

Qatar, aliado diplomático y plataforma logística para Occidente, ha sido involuntariamente arrastrado a una espiral que no provocó. El pequeño emirato ha invertido a lo largo de dos décadas en estabilidad regional, diálogo multilateral y cooperación militar con Estados Unidos. El ataque a su territorio es una violación directa a esa apuesta por la moderación, y un gesto de desprecio por parte de Teherán hacia los países árabes que rehúyen la vía bélica.

La cancillería qatarí calificó el ataque como “inadmisible” y exigió respeto a su soberanía. Mientras tanto, Washington reforzó las capacidades defensivas en la zona con radares adicionales y escudos antimisiles THAAD, en coordinación con CENTCOM.

Irán, actor de riesgo global

El intento de justificar el ataque como una “respuesta proporcional” a los bombardeos israelíes esconde una verdad más peligrosa: Irán busca expandir el campo de batalla y probar la capacidad de respuesta de Occidente, utilizando la narrativa de la resistencia para cubrir acciones ofensivas.

Este patrón no es nuevo. Desde Yemen hasta Siria, pasando por Líbano e Irak, Irán ha financiado y armado a actores no estatales para debilitar gobiernos moderados y desestabilizar aliados de Estados Unidos. La agresión a Qatar no es un acto aislado, sino parte de una estrategia regional de desgaste, que pone en peligro no solo a Israel, sino también a las rutas energéticas globales, el comercio internacional y la seguridad de aliados estratégicos.

Bases aliadas y socios moderados bajo ataque

El ataque a Al Udeid confirma que Irán ya no actúa solo con fines defensivos, sino que opera como un agente expansivo de conflicto, dispuesto a arriesgar la paz regional para preservar sus ambiciones nucleares y geopolíticas. En este contexto, la presencia de bases estadounidenses no es una provocación, sino una garantía de estabilidad y contención frente a un actor impredecible.

Qatar, por su parte, emerge como víctima y socio responsable, comprometido con un equilibrio que Irán ha decidido dinamitar. La comunidad internacional deberá decidir si tolera esta escalada o si finalmente enfrenta la amenaza con la firmeza que exige la seguridad colectiva.