
El presidente Gabriel Boric condenó el ataque de Estados Unidos a instalaciones nucleares en Irán, a través de una publicación en su cuenta de X. En el mensaje, el mandatario chileno aseguró que "atacar centrales nucleares está prohibido por el derecho internacional" y apeló al respeto de las normas humanitarias en conflictos armados. El pronunciamiento generó sorpresa dentro del espectro político nacional por su tono categórico y por producirse pocas horas después del bombardeo.
Las reacciones no tardaron en llegar. Desde sectores de la oposición, parlamentarios de Renovación Nacional (RN) y del Partido Social Cristiano (PSC) calificaron la intervención presidencial como "imprudente" y "mal informada". Para varios, la declaración podría interpretarse como una forma de alinearse con el régimen de Teherán, especialmente cuando hay reportes de que los blancos atacados incluían sitios con capacidades militares significativas.
El senador Rojo Edwards (PSC) fue uno de los primeros en manifestarse, sosteniendo que "es impresentable que el presidente Boric alinee a Chile junto a Irán, un régimen autoritario y teocrático que viola derechos humanos". En tanto, el diputado Diego Schalper (RN) fue más duro, al afirmar que la postura fue "extremadamente preocupante y grave", por ser "precipitada, innecesariamente tajante y carente de información suficiente".
Ambos dirigentes coinciden en que Boric compromete la política exterior chilena, asumiendo una postura diplomática que no condice con la neutralidad histórica del país en conflictos militares internacionales. También advierten que este tipo de comunicados podría afectar los vínculos con potencias occidentales aliadas, como Estados Unidos o la Unión Europea.
El canciller Alberto van Klaveren salió a respaldar las palabras del presidente, en un esfuerzo por minimizar el impacto diplomático. Según declaró, se trató de una "posición de principios" basada en el respeto al derecho internacional. Sin embargo, las explicaciones no convencieron a muchos, quienes ven en la intervención una falta de criterio estratégico.
Van Klaveren intentó matizar el lenguaje utilizado por Boric, explicando que aunque el presidente habló de "centrales nucleares", en realidad se refería a instalaciones nucleares. Pese a ello, la aclaración llegó tarde y el daño a la imagen internacional de Chile ya estaba hecho, según analistas consultados.
Es momento de análisis: @CristobalHunee2, director de Data Science de @unholster, y @claudiorar, director de @ieschile, evalúan la condena prematura del Presidente Boric al bombardeo estadounidense a Irán.
— Radio Pauta (@Pauta_cl) June 23, 2025
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Desde La Moneda, el presidente Boric reafirmó su posición y sostuvo que "los principios nunca son apresurados". Su insistencia, sin embargo, fue vista por amplios sectores como una muestra de obstinación más que de coherencia. El mandatario priorizó un gesto simbólico por sobre el análisis diplomático profundo.
Boric enfrenta ahora crecientes cuestionamientos no solo de la oposición, sino también de voces más moderadas que alertan sobre los costos de un liderazgo internacional guiado por impulsos.
Chile no está solo en esta postura. Brasil también condenó los bombardeos a instalaciones nucleares, alineándose con principios similares. Sin embargo, mientras en Brasil el mensaje fue cuidadosamente calibrado, en Chile el tono presidencial fue leído como desproporcionado y fuera de contexto.
Esta diferencia ha sido subrayada por analistas que advierten que Boric busca posicionarse internacionalmente sin tener una estrategia sólida detrás, lo que podría afectar la credibilidad del país a largo plazo.
Estados Unidos anuncia que acaba de bombardear centrales nucleares en Irán. Atacar centrales nucleares está prohibido por el derecho internacional. Chile condena este ataque de EEUU.
— Gabriel Boric Font (@GabrielBoric) June 22, 2025
Defenderemos el respeto al derecho internacional humanitario en todas las instancias. Tener…
La controversia sobre la condena de Boric expone una debilidad recurrente en su gobierno: el exceso de declaraciones ideológicas sin respaldo técnico ni cálculo estratégico. Si bien el respeto a los principios internacionales es clave, su uso descontextualizado puede debilitar la política exterior chilena.
Con un escenario internacional altamente volátil, Chile no puede permitirse errores no forzados que comprometan su neutralidad y prestigio global. El presidente Boric deberá reconsiderar si su activismo retórico está alineado con los intereses reales del país.