
La Justicia ordenó al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) certificar si en los huesos hallados en un terreno de la calle Congreso al 3742, donde vivió el músico Gustavo Cerati, se encuentran marcas de fracturas o indicios de heridas de arma blanca o de fuego. El macabro hallazgo dio inicio a una investigación que busca determinar la identidad de la persona y las circunstancias de su fallecimiento.
El descubrimiento comenzó hace casi tres semanas cuando un grupo de obreros a cargo de una construcción halló en un terreno lindero a la propiedad en demolición un misterioso pozo de 1.20 metros de largo por 65 centímetros de ancho y 60 centímetros de profundidad. El pozo, más parecido a una “tumba improvisada” contenía alrededor de 150 piezas óseas humanas. La obra se frenó e intervino la Policía de la Ciudad y el fiscal Martín López Perrando.
Entre los huesos, los peritos encontraron objetos que podrían ser claves. Uno de los elementos más llamativos es un reloj Casio, cuyo modelo comenzó a comercializarse en el año 1992, lo que alienta a los investigadores a pensar que el cuerpo de la persona fue enterrado después de 1990. También hallaron una suela de unos borregos oscuros, un llavero y algunas prendas de vestir destruidas por el paso del tiempo, todos elementos que están siendo cuidadosamente examinados para obtener pistas sobre la identidad de la persona y los eventos previos a su muerte.
Los investigadores sospechas que los restos óseos corresponden a un joven de entre 20 y 25 años de edad. Ante la magnitud del hallazgo, el fiscal Martín López Perrando solicitó también la intervención del EAAF para el análisis de las piezas dentales que “continúan intactas”.
La propiedad había sido vendida hace unos meses para una obra en construcción. El músico Gustavo Cerati vivió allí entre 2001 y 2003. Y, luego, también la artista plástica Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi antes de residir en España. Los albañiles de la calle Congreso al 3700 hallaron los restos óseos cuando trabajaban en la medianera del fondo cuyo terreno tiene forma “L” y se encuentra separado por una ligustrina. La vecina más cercana al lugar del hallazgo tiene 90 años. Su hija de 60 años ya se presentó en la Justicia para conocer más del expediente. El misterio de Coghlan está en pleno desarrollo. Se espera desentrañar que en las próximas semanas con el resultado del Equipo Argentina de Antropología Forense si se existe algún rastro de una muerte violenta o no.