12/09/2025 - Edición Nº948

Judiciales

Juicio y castigo

Mató a su esposa de 17 puñaladas y la enterró en el patio: le dieron perpetua

25/06/2025 | El crimen, ocurrido en 2022 en Granadero Baigorria, fue reconstruido en un juicio oral donde se acreditó un extenso historial de violencia de género. La víctima fue buscada durante 19 días antes de que hallaran su cuerpo bajo una loza de cemento.



Gregorio Ramón Brítez fue condenado a prisión perpetua como autor del femicidio de su pareja, Nora Escobar, asesinada de 17 puñaladas y luego enterrada en el patio de la casa que compartían en Granadero Baigorria. El fallo fue dictado por los jueces Gonzalo Fernández Bussy, Mariano Aliau y Valeria Pedrana, quienes dieron por probado que el crimen fue perpetrado en un contexto de violencia de género sostenida en el tiempo.

Los magistrados expusieron un resumen de los fundamentos en una audiencia realizada en el Centro de Justicia Penal, donde detallaron que la violencia ejercida por Brítez fue “abrumadoramente acreditada”. Se valoraron múltiples elementos probatorios: pericias, rastros de sangre, contradicciones del acusado, búsquedas en su teléfono y testimonios que dieron cuenta de una relación marcada por el control, las amenazas y las agresiones físicas.

Nora tenía 42 años cuando fue asesinada el 22 de abril de 2022. Su cuerpo fue hallado 19 días después, enterrado bajo una loza de cemento en el fondo de la vivienda de Liniers al 1700, donde vivía con el acusado. Brítez la apuñaló al menos 17 veces —varias de ellas por la espalda— y cavó una fosa que luego recubrió con una estructura de concreto sobre la que colocó una pileta. Durante días, mintió a su entorno y a la familia de la víctima, asegurando que se habían separado meses antes.

Fue la hija de Nora quien impulsó la búsqueda, tras notar que su madre no respondía mensajes y al ver que su perra seguía en la casa, algo inconcebible para alguien que se había ido por voluntad propia. También alertó a las autoridades sobre los antecedentes de violencia que pesaban sobre Brítez, incluso cuando existía una restricción de acercamiento previa.

Brítez fue detenido en el paso internacional Posadas-Encarnación cuando intentaba escapar a Paraguay. 

La investigación estuvo a cargo de la fiscal Marisol Fabbro, quien ordenó un allanamiento más profundo el 10 de mayo. Allí se utilizó luminol, que permitió encontrar rastros de sangre, y se procedió a levantar el piso del patio, donde se halló el cuerpo. Brítez ya se había dado a la fuga hacia Paraguay, pero fue detenido en el paso internacional Posadas-Encarnación al día siguiente.

Durante el juicio, los jueces destacaron el testimonio de un vecino que escuchó una discusión con golpes la noche del crimen, así como la declaración de otro testigo al que Brítez le pidió mentir a la policía y que presenció el uso de una hormigonera en el patio bajo el pretexto de un revoque. También se valoraron los registros del celular del acusado, que realizó búsquedas como “cuántos metros se cava para enterrar un cuerpo” horas después del femicidio.

La sentencia incluyó además testimonios de la exesposa de Brítez, quien narró años de abusos físicos y psicológicos, así como de su hija, que describió un hogar signado por la violencia. El informe forense reveló que Nora murió por una lesión cardiopulmonar grave producto de las múltiples puñaladas, que incluyeron fractura de maxilar, perforación de tráquea, esófago y una prótesis mamaria.

Al momento de tomar la palabra, Brítez no negó los hechos y pidió perdón a la familia de la víctima, gesto que los jueces consideraron como una forma indirecta de reconocer su autoría.

LN