26/06/2025 - Edición Nº870

Internacionales

Auge puntual

Chile aumenta 7% su consumo de plásticos en 2024, impulsado por minería y agricultura

25/06/2025 | Mientras el reciclaje avanza y la regulación se endurece, el repunte del uso de plásticos en 2024 genera inquietud por su impacto estructural en este 2025.



El consumo de plásticos en Chile experimentó un aumento del 7% en 2024, alcanzando un total de 1.238.000 toneladas, según informó la Asociación Gremial de Industriales del Plástico (ASIPLA). Este crecimiento fue impulsado principalmente por la demanda de la minería y la agricultura, sectores que requieren insumos plásticos específicos para sus operaciones, como mangueras, envases industriales y sistemas de riego tecnificado.

El salto en la demanda coincidió con problemas logísticos globales, que llevaron a un aumento en las importaciones de materia prima virgen para formar inventarios. Esta estrategia ayudó a sortear retrasos portuarios y evitar la parálisis productiva. Sin embargo, este repunte no fue acompañado por una reactivación interna sostenida: el empleo en el sector cayó un 12% entre 2022 y 2023, reflejando una posible desconexión entre el volumen consumido y la salud real de la industria.

La paradoja del reciclaje

En paralelo, las importaciones de PET reciclado (rPET) crecieron un 64%, impulsadas por la presión regulatoria derivada de la Ley de plásticos de un solo uso, vigente desde enero de 2025. Esta norma exige que las nuevas botellas contengan al menos un 15% de material reciclado, obligando a diversas industrias a modificar sus cadenas de suministro.

A pesar de estos avances, ASIPLA advirtió que la recuperación del volumen de consumo no implica un fortalecimiento real del sector. En 2023, la inversión en maquinaria disminuyó y la producción local de plásticos se redujo, afectada por altos costos energéticos y una carga regulatoria creciente. Las empresas operan con menores márgenes y una dependencia cada vez mayor del mercado externo.

Presente inestable y futuro incierto

Durante 2022, casi la mitad del consumo de plásticos en Chile fue destinado a envases, mientras que solo el 8% se utilizó en minería y agricultura. Sin embargo, en 2024 estos sectores se convirtieron en protagonistas, lo que sugiere un cambio coyuntural más que estructural. Las condiciones climáticas extremas y proyectos mineros puntuales explican la mayor demanda, pero no aseguran su continuidad en el mediano plazo.

En contraste, la disminución de inversión industrial y la relocalización de fábricas indican que la capacidad productiva nacional se debilita. Aunque las cifras de consumo parezcan alentadoras, muchos actores coinciden en que el crecimiento no es sostenible sin un respaldo sólido en producción, empleo e innovación tecnológica local.

El reciclaje avanza 

El repunte del 7% en el consumo de plásticos puede interpretarse más como un espejismo estadístico que como una verdadera señal de recuperación industrial. La combinación de importaciones apuradas, presiones regulatorias y uso intensivo en sectores específicos dibuja un cuadro transitorio, vulnerable ante cualquier variación externa o ajuste macroeconómico.

Además, la caída del empleo, el retroceso en inversiones y la dependencia del reciclaje extranjero revelan una fragilidad estructural. Si Chile no logra consolidar un sistema de producción más resiliente y con valor agregado local, cualquier crecimiento en el consumo seguirá siendo pasajero, con escaso impacto en el desarrollo productivo y la sostenibilidad a largo plazo.