
México logró esquivar una recesión técnica nacional en el primer trimestre de 2025, con un tenue crecimiento del 0,2 % del PIB. Sin embargo, esta cifra oculta una realidad preocupante: tres de las cuatro regiones del país ya experimentan recesiones regionales. La aparente estabilidad macroeconómica contrasta con el deterioro sostenido en sectores clave como la construcción, la minería y la manufactura.
Según el Banco de México, las regiones sur, centro y norte acumulan dos o más trimestres consecutivos de caída económica, condición técnica para hablar de recesión. La única excepción es el centro-norte, que logró un crecimiento del 2,1 % en el primer trimestre tras una breve contracción previa. Este contraste refleja una dinámica profundamente desigual en la distribución de la actividad económica en el país.
La región sur es la más afectada por la contracción. Lleva tres trimestres consecutivos de caída: −0,4 %, −0,9 % y −1,3 %. El desplome se concentra en sectores estratégicos como la construcción, que cayó un 8 % y luego un 20 %, y en la minería petrolera, que redujo su actividad en más de 50 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Este retroceso impacta directamente en los niveles de empleo y bienestar social. La región, históricamente rezagada, sufre una caída acumulada del 2 % en el empleo desde principios de 2024, afectando especialmente a las comunidades rurales y con alta dependencia de las obras públicas.
En el centro del país, aunque la caída ha sido menos pronunciada que en el sur, los sectores de minería y construcción también muestran signos de debilidad. Las contracciones fueron de −3,4 % y −1,4 % en los últimos dos trimestres. La inversión pública en infraestructura, motor tradicional de la economía de esta región, ha disminuido sustancialmente.
El norte, por su parte, arrastra caídas en la manufactura (−1,8 % y −0,2 %) y en la agroindustria (−5,7 % y −1,9 %). A pesar de una recuperación leve en la construcción durante el primer trimestre de 2025, el panorama sigue siendo sombrío. La industria exportadora, que suele sostener la economía fronteriza, enfrenta menor demanda internacional y restricciones logísticas.
El centro-norte ha evitado por ahora la recesión técnica, gracias a un rebote del 2,1 % en el primer trimestre de 2025. Este repunte está asociado al dinamismo de sectores como el comercio y el turismo, que han mostrado resiliencia frente a las turbulencias globales y nacionales.
Además, la región ha mantenido relativamente estables sus niveles de empleo, aunque también registró un ligero retroceso del 2 % respecto a su pico en el primer trimestre de 2024. Esta estabilidad relativa no debe ocultar los riesgos que aún enfrenta si persiste la desaceleración nacional.
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— Meganoticias Tepic (@MeganoticiasTEP) June 26, 2025
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🔴#Banxico confirma que gran parte del país está en #recesión económica
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Todas las regiones del país han sufrido retrocesos en el empleo, aunque en diferentes momentos. Mientras que el sur y el centro-norte alcanzaron su punto máximo en el primer trimestre de 2024, el norte y el centro lo hicieron a finales del mismo año. En promedio, el país ha perdido entre 1 % y 2 % de su empleo formal desde sus respectivos picos.
Este retroceso tiene consecuencias significativas en el consumo interno y en la calidad de vida. Menor empleo significa menor ingreso disponible, y por lo tanto una economía más vulnerable a choques externos, especialmente si se suman fenómenos como la sequía o nuevas tensiones comerciales.
En contraste con los sectores productivos, comercio y turismo han mostrado un desempeño positivo. En casi todas las regiones, estas actividades crecieron durante los últimos dos trimestres, impulsadas por eventos culturales, turismo interno y el tipo de cambio favorable para visitantes internacionales.
Sin embargo, se trata de sectores con alta informalidad y empleos precarios. Su capacidad de arrastrar al resto de la economía es limitada, y no pueden compensar por completo las pérdidas en rubros de mayor peso como la construcción o la industria pesada.
Del cierre de negocios en León, se pueden decir muchas causas. Pero no olvidemos que aunque el gobierno local o federal no lo quieran admitir, León (y buena parte de México) está viviendo una recesión silenciosa, pero muy agresiva.
— Franz I. Esp (@Dr_FranzEsp) June 26, 2025
La recesión regional que atraviesan tres cuartas partes del país revela las limitaciones estructurales del crecimiento mexicano. Mientras el gobierno se apoya en indicadores nacionales para exhibir estabilidad, las realidades locales dibujan un panorama fragmentado. Sin políticas diferenciadas que aborden los cuellos de botella sectoriales y territoriales, el país corre el riesgo de consolidar una recuperación desigual, donde solo unas pocas zonas prosperan.
Además, la pérdida de dinamismo laboral y la fragilidad del crecimiento en sectores clave podrían erosionar la cohesión social en los próximos meses. Si no se toman medidas contracíclicas efectivas —como inversión pública regional, incentivos sectoriales y protección social—, la aparente estabilidad macroeconómica se convertirá en un espejismo incapaz de sostener el bienestar colectivo.