
Durante su intervención, el magistrado señaló que “muchas veces la dirigencia en general, en todo el planeta, está mirándose a sí mismo”, lo que genera la percepción de que “la democracia ha dejado de ser para el pueblo”.
En ese sentido, analizó: “El siglo 21 nos está sorprendiendo con un gran fenómeno que es muy novedoso, que es la enorme desconexión entre las instituciones y la sociedad”. Y precisó: “No es una grieta entre sectores sino que es una grieta entre las instituciones y la sociedad”, motivo por el cual destacó que “es muy importante que en los poderes judiciales tomemos la iniciativa”.
Lorenzetti subrayó la necesidad de reorientar la función judicial hacia el ciudadano común: “Una ciudad judicial tiene que ser una ciudad para la gente, para pensar cómo le solucionamos los problemas concretos a la sociedad”.
En la misma línea, instó a una revisión profunda del rol institucional: “Todas las instituciones, todos los poderes del Estado tenemos que hacer una fuerte autocrítica y muy en particular el Poder Judicial. Tenemos que hacer un enorme esfuerzo para resolver problemas concretos”, enfatizó.
Finalmente, el juez supremo reafirmó su respaldo a los valores democráticos en un contexto global marcado por discursos autoritarios. “En el mundo hoy hay una enorme preocupación porque hay quienes dicen que la democracia no es eficaz y prefieren el autoritarismo porque da mejores resultados. Nosotros desde la Corte Suprema y en todos los poderes judiciales creemos en la democracia, la división de poderes y los valores republicanos y constitucionales”, concluyó.
Del evento también participaron el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, y los gobernadores Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos).