
El Gobierno nacional avanza contra reloj con una reforma del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), impulsada por el ministro Federico Sturzenegger, que recortaría su autonomía y modificaría su estructura. El decreto ya fue redactado y se firmaría antes del 8 de julio, cuando vencen las facultades delegadas por el Congreso.
Según advirtió el periodista y divulgador científico Claudio Martínez en el programa QR, el plan oficial es quitarle al INTI su condición de organismo descentralizado, lo que habilitaría al Poder Ejecutivo a intervenir directamente su funcionamiento. El instituto brinda asistencia técnica, servicios de calidad y desarrollo a miles de PyMEs del país.
Desde el oficialismo justifican la medida bajo el argumento del “gasto excesivo”, en línea con otras decisiones similares que afectaron a entes estatales. Sin embargo, la reacción fue inmediata: más de 280 entidades industriales firmaron un documento en defensa del organismo, destacando su rol estratégico para la innovación y la producción nacional.
“El INTI y las PyMEs son parte del mismo ecosistema”, afirmaron los firmantes, y recordaron el aporte del instituto al fortalecimiento de las economías regionales. El contexto agrava el impacto: según los datos del informe, más de 16.500 PyMEs cerraron en los primeros meses del gobierno de Javier Milei.
La reforma del INTI representa un nuevo capítulo del proceso de desregulación impulsado por Sturzenegger, que ya avanzó sobre otras dependencias estatales bajo el lema de la “eficiencia”. Para muchos sectores productivos, sin embargo, se trata de un intento de vaciamiento que pone en riesgo capacidades científicas y tecnológicas acumuladas durante décadas.
Con la cuenta regresiva en marcha y el decreto a punto de ser firmado, el futuro del INTI quedó en el centro de la tensión entre el modelo estatal de desarrollo industrial y la lógica de ajuste y desarticulación que propone el Ejecutivo.