
Un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló que el Cartel de Sinaloa logró hackear el teléfono de un agente del FBI asignado a la embajada estadounidense en Ciudad de México en 2018. Con ayuda de un hacker contratado, los criminales accedieron al registro de llamadas y ubicación geográfica del dispositivo, con el objetivo de rastrear a posibles informantes.
La intrusión permitió identificar y vigilar a personas que habían mantenido contacto con el agente, lo que derivó en intimidaciones y asesinatos selectivos de colaboradores del FBI y la DEA. El caso, inédito por su sofisticación, generó alarma entre las agencias de seguridad estadounidenses.
El informe señala que el hacker utilizó también el sistema de videovigilancia urbana de Ciudad de México para seguir los movimientos del agente y sus reuniones. Esta infraestructura, diseñada para combatir el crimen, fue transformada en un instrumento de cacería por el crimen organizado.
A pesar de la gravedad del caso, no se han hecho públicos los nombres de las víctimas ni se ha detallado cuántos informantes fueron eliminados tras el espionaje. El documento alerta que estas prácticas podrían replicarse si no se refuerza la protección tecnológica.
El Departamento de Justicia advirtió que la facilidad con la que se explotaron vulnerabilidades tecnológicas demuestra que organizaciones criminales están incorporando tácticas cibernéticas avanzadas, antes reservadas a Estados.
Como respuesta, el FBI comenzó a implementar un plan de formación especializada en seguridad digital, mejorar protocolos y endurecer medidas internas para proteger tanto a sus agentes como a las fuentes de información en el extranjero.
🚨 Hacker del Cártel de Sinaloa infiltró cámaras de CDMX y rastreó a informantes del FBI
— Azucena Uresti (@azucenau) June 28, 2025
➡️En 2018, obtuvo registros y geolocalización de un funcionario de la embajada de EE.UU., según un informe del Departamento de Justicia.
El cártel usó los datos para intimidar o asesinar… pic.twitter.com/lHG0z3sykD
El escándalo refuerza la necesidad de una cooperación binacional más sólida entre Estados Unidos y México. El uso de recursos tecnológicos para ataques selectivos plantea interrogantes sobre la seguridad de los sistemas mexicanos y la integridad de las operaciones conjuntas.
Este episodio marca un antes y un después en la lucha contra los carteles, al mostrar que su poder ya no se limita al terreno armado, sino que también se extiende al ciberespacio.