30/06/2025 - Edición Nº874

Política

Pulseada fiscal

Schiaretti desafía a Milei y exige eliminar todas las retenciones

30/06/2025 | A horas del vencimiento de la rebaja impositiva, el cordobés encabezó un frente político-productivo que marca límites al ajuste del Gobierno



A un día del vencimiento del alivio impositivo para la soja y sus derivados, Juan Schiaretti salió a marcarle la cancha al presidente Javier Milei. El exgobernador cordobés pidió la eliminación completa de las retenciones y encabezó un frente político que desnuda la incomodidad del oficialismo con las provincias productivas.

“Hay que sacarle la pata de encima al campo”, dijo Schiaretti en redes sociales, en un mensaje que apuntó directo al núcleo del modelo económico libertario. La advertencia no cayó sola: fue respaldada por tres gobernadores clave —Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro y Rogelio Frigerio— y por dos entidades rurales de peso como CONINAGRO y CARBAP.

 

 

La tensión crece mientras el Gobierno se guarda la carta fiscal. El vocero Manuel Adorni aseguró que “no hay ninguna determinación tomada”, pero la indefinición se lee como una jugada especulativa, en medio de una puja cada vez más abierta con los mandatarios provinciales.

Desde el centro productivo del país, el mensaje fue unívoco: no hay margen para sostener el ajuste si el campo vuelve a ser la variable de sacrificio. Llaryora habló de una medida “regresiva”, Pullaro la tachó de “error”, y Frigerio activó gestiones con la Mesa de Enlace para elevar la presión institucional.

Pero las señales más duras llegaron desde las entidades del agro. CONINAGRO denunció desigualdad y falta de reglas claras, mientras que CARBAP, en tono desafiante, recordó que las retenciones “son y serán un robo con cualquier gobierno”.

El plazo que vence hoy fue una tregua fiscal: del 33% al 26% para la soja y del 31% al 24,5% para derivados. Ahora, el Ejecutivo debe decidir si vuelve a imponer el tributo completo en un contexto de parálisis económica y caída de la recaudación.

Milei enfrenta así un nuevo dilema: o preserva el vínculo con el campo —una de las bases de su narrativa productivista— o prioriza el ajuste recaudatorio que exige el Fondo Monetario. En ambos casos, el costo político parece inevitable.

Lo que se juega no es solo una alícuota: es el equilibrio entre Nación e interior, entre el relato de la motosierra y la realidad fiscal, entre una libertad declamada y una presión impositiva que sigue intacta donde más duele.