01/07/2025 - Edición Nº875

Política

Entre la cárcel y el discurso oficial

Piden la domiciliaria para Alesia Abaigar y acusan una persecución política

30/06/2025 | La defensa de la funcionaria bonaerense detenida por el escrache a Espert denunció que su arresto busca “disciplinar” la protesta social. El Gobierno la señala como una "militante K radicalizada".



Los abogados de Alesia Abaigar, detenida tras el escrache con estiércol en la casa del diputado José Luis Espert, solicitaron la prisión domiciliaria de manera urgente. Acusan que su encarcelamiento tiene más motivaciones políticas que judiciales y advierten que el deterioro de su salud hace inviable su permanencia en el penal de Ezeiza.

La funcionaria del Ministerio de Mujeres bonaerense fue arrestada tras participar en la protesta del 16 de junio, y desde entonces se transformó en el blanco predilecto de la narrativa oficial. En redes y medios afines al Gobierno, se la presenta como “una militante kirchnerista radicalizada”, aunque su defensa sostiene que la medida cautelar es desproporcionada.

“Lo que se busca es instalar miedo, criminalizar la protesta social y construir un ejemplo disciplinador”, aseguraron sus abogados Daniel Llermanos y Adrián Albor. En un escrito dirigido a la jueza del caso, afirmaron que no existe riesgo de fuga ni posibilidad de entorpecimiento de la causa, y que el arresto sólo busca “mostrar una cucarda” al poder político.

El cuadro médico de Abaigar es delicado. Padece linfangioleiomiomatosis, una enfermedad pulmonar rara que la obliga a mantener cuidados específicos y evitar ambientes húmedos o con polvo. Según la presentación judicial, el penal de Ezeiza no puede garantizar las condiciones mínimas de tratamiento y seguimiento médico.

Los defensores también remarcaron que el propio Código Procesal Penal Federal prioriza medidas menos gravosas que la prisión preventiva, especialmente en casos donde la detención implica un riesgo para la salud o carece de justificación procesal.

El Gobierno, por su parte, no disimula el uso político del caso. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, celebró la detención con un mensaje en redes que incluyó nombre, cargo y filiación política, en lo que fue leído como una señal de advertencia hacia otras expresiones de protesta.

Detrás del caso Abaigar se libra una disputa más profunda: el intento del oficialismo de asociar protesta con delito y construir enemigos internos como forma de sostener su narrativa de orden. La causa, aún en su etapa preliminar, ya se convirtió en bandera para sectores de derechos humanos y organizaciones sociales.

Mientras tanto, la funcionaria continúa detenida en condiciones que, según sus abogados, “ponen en riesgo su vida”. El pedido de domiciliaria espera resolución judicial, pero el mensaje político ya está instalado: protestar tiene costo, y no necesariamente lo define un tribunal.

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