
El pasado viernes 27 de junio, el Gobierno ratificó que los derechos de exportación en granos y subproductos volverán a los niveles de enero de este año. Mientras este beneficio se extendió en trigo y cebada hasta marzo de 2026, el resto de los cultivos volverán a sus niveles habituales. De este modo, soja y derivados tributarán 33% y 31%, respectivamente; maíz y sorgo 12% y girasol un 7%.
Tras conocerse esta decisión, la Mesa de Enlace cuestionó esta medida. “Desde hace meses y años venimos reclamando, medidas urgentes y definitivas que atiendan los graves problemas de competitividad que arrastra el sector”, advirtieron a través de un comunicado firmado por Federación Agraria Argentina (FAA); Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
En este punto, recordaron que “lo hemos hecho de manera institucional, en cada encuentro con legisladores, autoridades del Poder Ejecutivo nacional y de los gobiernos provinciales. Y lo seguiremos haciendo con responsabilidad y firmeza”.
🔴 COMUNICADO CEEA
— CRA (@CRAprensa) June 30, 2025
Una Argentina sin retenciones pic.twitter.com/bmhS5TGxL5
Los ruralistas afirmaron que “el cuestionamiento principal de la vigencia de los derechos de exportación más allá de las alicuotas, es que son un impuesto distorsivo, anacrónico y perjudicial, ha hecho que nuestro país desaproveche inmejorables oportunidades para la inversión y el desarrollo federal”.
De este modo, afirmaron que las retenciones han generado “un inevitable retraso social, tecnológico y productivo, a pesar de los esfuerzos aislados de los productores y otros eslabones de la cadena por sostener la producción y el arraigo rural”.
Las entidades advirtieron sobre “la presión fiscal asfixiante, inequitativa e injusta que ataca la competitividad del sector en cada provincia donde la cadena agroindustrial define el desarrollo, el empleo y la calidad de vida”.
Y concluyeron: “No hay más margen para medidas discrecionales de corto alcance, que solo profundizan la incertidumbre y la desazón. El campo argentino necesita reglas claras, previsibilidad y una Argentina sin retenciones”.