01/07/2025 - Edición Nº875

Internacionales

Muro pantanoso

Florida: el nuevo centro de detención de Trump y DeSantis que divide opiniones

01/07/2025 | El aeródromo TNT de Ochopee albergará hasta 5.000 indocumentados, con pantanos repletos de caimanes como “muro” natural.



La imagen que Donald Trump y el gobernador Ron DeSantis quieren proyectar este martes en Ochopee, Florida, es tan cinematográfica como controversial. Allí, en pleno corazón del Big Cypress National Preserve, ambos líderes cortarán la cinta de “Alligator Alcatraz”, un centro de detención de inmigrantes que utiliza la propia fauna salvaje de los Everglades como perímetro disuasorio.

A primera vista, la propuesta parece sacada de un guion de Hollywood: hectáreas de humedales plagados de caimanes y serpientes que sustituyen las clásicas alambradas. Sin embargo, detrás del espectáculo mediático se esconden tensiones políticas, cuestionamientos legales y un costo millonario que ya ha encendido las alarmas de opositores y organizaciones de derechos humanos.

El aislamiento geográfico —una pista de aterrizaje abandonada en el aeródromo Dade‑Collier (TNT)— y la presencia de reptiles actúan como “muro vivo”. La efectividad real dependerá del nivel del agua y de las temporadas de lluvia, por lo que su capacidad de disuasión podría fluctuar considerablemente.

Costos y financiamiento bajo la lupa

Lejos de ser una solución económica, el complejo representará unos 450 millones de dólares al año, según cálculos internos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). El plan es que la agencia federal FEMA reembolse gran parte de la factura a través del programa Shelter & Services, aunque varios legisladores cuestionan que se destinen fondos de emergencias naturales a un fin migratorio.

Cada cama costará cerca de US$ 247 diarios, una cifra superior a la media nacional de los contratos de ICE. Críticos republicanos y demócratas denuncian que el proyecto nació sin licitación competitiva y sin un estudio ambiental completo, amparándose en poderes de emergencia aprobados por la legislatura estatal en 2023.

Impacto ambiental y reclamos indígenas

El emplazamiento se sitúa a escasos kilómetros del hábitat del pantera de Florida, especie en peligro crítico. Organizaciones como Friends of the Everglades aseguran que la construcción de carreteras, helipuertos y redes de servicios fragmentará corredores ecológicos vitales. Además, advierten que los vertidos de aguas residuales podrían comprometer los 20.000 millones de dólares invertidos en la restauración de los Everglades.

Los pueblos Miccosukee y Seminole ya han presentado demandas alegando la violación de sus derechos culturales y de consulta previa. Para ellos, el pantano no es solo un paisaje: es un lugar sagrado y fuente de sustento. Un tribunal federal deberá decidir en las próximas semanas si emite una medida cautelar que podría retrasar la operación.

Derechos humanos en juego

Grupos como Human Rights Watch califican la instalación de “experimento inhumano”. Señalan que el aislamiento, la exposición a mosquitos y la falta de sombra adecuada constituyen condiciones potencialmente crueles e inusuales. El DHS defiende que se instalarán módulos climatizados y que los detenidos contarán con atención médica in situ, pero hasta ahora no ha mostrado planos detallados.

Activistas temen que la narrativa de los “caimanes guardianes” trivialice la dignidad de los migrantes y normalice un modelo de detención más severo. De prosperar el proyecto, otros estados fronterizos podrían copiar la fórmula, elevando la presión sobre un sistema migratorio ya saturado.

Seguridad nacional 

La apuesta de Trump y DeSantis combina estrategia política y marketing visual. Presentar la fauna salvaje como “muro viviente” refuerza el discurso de mano dura y promete titulares fáciles en un año preelectoral. No obstante, las demandas ambientales y de derechos indígenas podrían retrasar la apertura y encarecer aún más el proyecto.

En el corto plazo, “Alligator Alcatraz” puede galvanizar a la base conservadora, pero su sostenibilidad financiera y legal sigue siendo incierta. Si el costo por detenido se dispara y la presión judicial aumenta, el complejo corre el riesgo de convertirse en símbolo de extravagancia política antes que en herramienta eficaz de control migratorio.