
La imagen habla por sí sola: Reza Pahlavi, heredero del último sha de Irán, sentado frente a Boris Johnson, ex primer ministro del Reino Unido, compartiendo café y una agenda común. El mensaje fue difundido por el propio Pahlavi en su cuenta de X (antes Twitter), donde escribió: "Boris y yo estamos de acuerdo: la República Islámica debe terminar y la comunidad internacional debe apoyar al pueblo iraní para liberarse de su opresión".
La reunión, celebrada en Londres, forma parte de una gira más amplia de Reza Pahlavi por Europa, donde busca consolidar apoyos políticos en favor de un Irán laico y democrático. Aunque Pahlavi no ostenta ningún cargo oficial, su linaje y discurso reformista lo han convertido en una figura de referencia para una parte de la oposición en el exilio.
"Espero darte la bienvenida en Teherán pronto, Boris", concluyó Pahlavi, en un guiño simbólico que apunta a una aspiración de cambio de régimen y regreso al país que su familia gobernó hasta 1979. Johnson, por su parte, no hizo declaraciones oficiales tras el encuentro, pero sí compartió la imagen y elogió la "valentía del pueblo iraní" y el "compromiso de Pahlavi con la libertad".
El gesto ha sido interpretado como una forma de presión diplomática al actual gobierno de Irán, especialmente en un contexto de creciente represión interna y aislamiento internacional. Con una comunidad internacional cada vez más atenta a las violaciones de derechos humanos en Irán, la alianza con Johnson busca amplificar esa presión.
La República Islámica atraviesa uno de sus momentos más frágiles desde las protestas de 2022, tras la muerte de Mahsa Amini. En ese contexto, figuras como Pahlavi intentan posicionarse como alternativas visibles y viables desde el exterior, apoyándose en alianzas internacionales para reforzar su legitimidad.
El heredero del sha ha reiterado en varias ocasiones que no busca restaurar la monarquía, sino establecer un sistema republicano, secular y democrático. Este tipo de declaraciones apuntan a ampliar su base de apoyo, tanto dentro como fuera de Irán, en un momento en que la población muestra hartazgo hacia el sistema actual.
Sin embargo, no todos en la disidencia ven con buenos ojos su protagonismo. En foros como Reddit, opositores lo acusan de enfocarse más en diplomacia extranjera que en construir puentes con la sociedad civil iraní. "Todo lo que hace es reunirse con líderes extranjeros. Nunca lo vemos con los iraníes comunes", escribió un usuario.
Estas críticas evidencian una tensión entre los líderes en el exilio y quienes luchan desde dentro del país. La desconexión entre ambas esferas de la oposición puede debilitar los esfuerzos por articular una alternativa coherente y transversal al régimen de los ayatolás.
It was an honour to meet you today @PahlaviReza https://t.co/4G26hJYOUu
— Boris Johnson (@BorisJohnson) June 30, 2025
Este tipo de reuniones refuerzan una estrategia clásica de la oposición en el exilio: buscar legitimidad en el extranjero para luego proyectarse hacia el interior. El problema es que, sin estructuras reales dentro de Irán, ese apoyo externo corre el riesgo de quedarse en la foto.
Aun así, la conexión con figuras como Boris Johnson pone a Reza Pahlavi un paso más cerca de ser considerado, al menos en Occidente, un interlocutor serio para el futuro de Irán. La clave estará en si logra trasladar ese respaldo simbólico en acciones concretas dentro del país.