02/07/2025 - Edición Nº876

Judiciales

Un caso increíble en Córdoba

Intentó matar a su esposa con un imán: lo condenaron a 13 años de prisión

01/07/2025 | Daniel Nicolás Herrera fue declarado culpable por atacar a su pareja en dos ocasiones. En el segundo intento, acercó un imán a la cabeza de la víctima para desprogramar una válvula que le habían implantado tras un coma.



La Cámara en lo Criminal y Correccional de 5.ª Nominación de Córdoba condenó a 13 años de prisión a Daniel Nicolás Herrera, acusado de intentar asesinar a su esposa utilizando un imán para desactivar una válvula craneal. El dispositivo había sido implantado tras una primera agresión violenta que casi la mata y la dejó en coma.

El segundo ataque, eje central de la condena, ocurrió en 2019, mientras la víctima se encontraba en proceso de rehabilitación en su domicilio. Herrera ingresó a la habitación donde ella descansaba y, portando un imán de baja potencia, intentó desprogramar la válvula de flujo permanente que le habían colocado tras un traumatismo de cráneo. “La válvula se va a desprogramar y vos te vas a morir; nadie se va a enterar, como nadie supo que te golpeé”, le dijo, según consta en la sentencia.

El intento de homicidio fue calificado como tentativa inidónea agravada por el vínculo y por violencia de género, ya que el imán no tenía la fuerza necesaria para cumplir su propósito letal. Sin embargo, el tribunal consideró que el acusado actuó con total conciencia del daño que pretendía causar, en el marco de una relación marcada por años de control psicológico, físico y emocional.

El primer episodio, ocurrido en septiembre de 2018, fue también analizado durante el juicio. Allí se demostró que Herrera emboscó a su esposa en un descampado de Colonia Tirolesa y la golpeó con un tubo metálico en la cabeza, fingiendo un accidente de moto. La víctima entró en coma, fue sometida a múltiples cirugías y quedó con secuelas neurológicas irreversibles.

El tribunal, compuesto por los jueces Alfredo Fernando Villegas, Susana Blanc Gerzicich y Enrique Rodolfo Buteler, junto a jurados populares, valoró como agravantes la premeditación, la violencia sistemática desde que la víctima tenía 14 años, y el impacto emocional en los hijos menores de edad. En los fundamentos de la sentencia N.º 60, la jueza Blanc Gerzicich destacó que “el segundo ataque no prosperó sólo porque el imán no tenía potencia suficiente, no por falta de voluntad del agresor”.

La mujer, además de quedar con dependencia medicamentosa de por vida y riesgo constante de convulsiones, fue víctima de un régimen de control abusivo que comenzó desde el inicio mismo de la relación. La sentencia también refleja que los niños “se vieron privados de su madre –que se salvó de milagro– y ahora también de su padre, hoy encarcelado”.

LN