
Celia Maya, reconocida jurista mexicana y figura clave en el entorno político de la Cuarta Transformación, fue designada al frente del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial. Aunque este organismo conserva las mismas funciones legales del Consejo de la Judicatura que reemplaza, la magistrada subraya que el verdadero cambio reside en la disposición de actuar con firmeza. “No hay nuevas funciones, lo que hay es voluntad política”, afirmó en una reciente entrevista.
Con 75 años y una trayectoria judicial de cuatro décadas, Maya representa a la vez continuidad y renovación. Su compromiso de liderar una institución “más presente, más vigilante y más cercana a la ciudadanía” se alinea con la narrativa del oficialismo sobre la regeneración de las instituciones. El nuevo tribunal tiene capacidad legal para imponer suspensiones, inhabilitaciones y destituciones, pero también cuenta ahora con una agenda política clara.
Uno de los ejes de acción que Maya pondrá en marcha es un recorrido nacional por los tribunales estatales. La estrategia busca evitar que el nuevo órgano sea percibido como una entidad lejana, transformándolo en una figura institucional activa en todos los rincones del país. Su objetivo es que los trabajadores judiciales perciban la presencia directa del Tribunal de Disciplina y que sus funciones sean evaluadas en tiempo real.
Paralelamente, Maya pretende recuperar la confianza ciudadana en el sistema de justicia, erosionada por años de impunidad y nepotismo. Considera que la percepción generalizada de que los tribunales no sirven debe modificarse mediante acciones visibles. Su mensaje es claro: no basta con sancionar en privado; las medidas disciplinarias deben ser públicas y ejemplares.
A pesar de su cercanía con figuras como Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, Maya ha defendido su autonomía como juzgadora. Argumenta que su experiencia judicial y su ética profesional están por encima de cualquier afinidad partidista. En sus palabras: "la independencia judicial no se enseña, es una cualidad del ser humano".
Este principio será puesto a prueba, especialmente cuando deba sancionar a jueces o funcionarios cercanos al bloque gobernante. Su gestión estará bajo constante escrutinio, y cualquier indicio de parcialidad podría erosionar la credibilidad del nuevo tribunal.
Otro aspecto que ha generado debate es la elección de magistrados por voto popular y el uso de "acordeones" con listas de nombres. Maya defiende estos instrumentos como herramientas informativas necesarias en un proceso electoral complejo. Según explica, las boletas incluían cientos de nombres, por lo que los votantes necesitaban una guía para orientarse.
La alta coincidencia entre los nombres promovidos por Morena y los resultados electorales fue atribuida, según Maya, a la organización y visibilidad del movimiento. Afirma que no hubo imposición, sino participación informada, y sostiene que la legitimidad del proceso está fuera de duda. No obstante, el debate sobre la transparencia de este modelo persiste en sectores críticos.
El nuevo Poder Judicial “independiente” tendrá un Tribunal de Inquisición contra jueces rebeldes…
— Luisa Gutierrez Ureña (@luisag_urena) June 12, 2025
Perdón, Tribunal de Disciplina, presidido por Celia Maya, quien fue candidata de Morena en 3 ocasiones.
Ella podrá destituir jueces que no se alineen. Así de independiente. pic.twitter.com/W9CKuIcNbo
El nombramiento de Celia Maya al frente del Tribunal de Disciplina es un gesto tanto simbólico como operativo. Representa la continuidad de una visión de justicia social promovida por el oficialismo, pero también una estrategia para ejercer control institucional desde el poder. Su experiencia le otorga credibilidad, pero su cercanía con el gobierno la coloca en una posición ambigua.
Si logra actuar con verdadera independencia, Maya podrá consolidar un órgano con peso moral y operatividad efectiva. Sin embargo, si cede a presiones políticas, el tribunal podría convertirse en una herramienta simbólica más, sin consecuencias reales. El tiempo y sus decisiones concretas serán los que definan el rumbo de esta nueva institución.