
En las pantallas del Banco Nación, el dólar oficial minorista finalizó la jornada en $1.235, con un aumento de $20 respecto al cierre anterior (+1,6%). Es el valor nominal más alto desde que el Gobierno flexibilizó el cepo cambiario, a mediados de abril.
Por su parte, el dólar mayorista cerró en $1.219, con una suba de $15,62 (+1,3%). El salto se produjo principalmente en la última hora de operaciones. También se trata del mayor nivel registrado hasta el momento.
El alza se replicó en los dólares financieros: el dólar MEP trepó hasta los $1.232,83, con una suba de $21,73 (+1,8%), mientras que el contado con liquidación (CCL) avanzó hasta los $1.233,08, una escalada diaria de $22,83 (+2,1%).
Los contratos de dólar futuro acompañaron la tendencia del oficial, con subas generalizadas en todas las posiciones. Para diciembre, el mercado ya “pricea” una cotización del mayorista por encima de los $1.400 ($1402). Es decir, se recalienta la espectativa de devaluación.
Luego del fuerte golpe que sufrieron las acciones de YPF el viernes, con una caída del 5%, la petrolera logró recuperar este lunes parte de la pérdida con una suba del 1,9%. El índice accionario S&P Merval también repuntó 1,8%, impulsado por las subas de Banco de Valores (+5,2%), Loma Negra (+4,9%) e IRSA (+4,8%).
El arranque de julio mostró que las tensiones financieras siguen latentes, a pesar de los intentos oficiales por mantener el tipo de cambio a raya. Con un escenario externo más desafiante, frentes judiciales abiertos y señales de fatiga en el frente fiscal, el dólar volvió a actuar como termómetro de la incertidumbre.
Lo que ocurra en las próximas semanas dependerá no solo del flujo de divisas, sino también de la capacidad del Gobierno para recuperar la confianza de los inversores.