
Después de ocho años de servicio impecable, Brama, una pastora alemana de élite, se despidió del trabajo operativo para iniciar su retiro en el seno de una familia perteneciente a la Fuerza. La despedida no solo marca el fin de su etapa como can detector, sino también el reconocimiento a una figura que dejó huella en la historia de la lucha contra el narcotráfico en Argentina.
Brama no fue una perra más. Fue la primera en el país en especializarse en la detección de drogas sintéticas, marcando un hito institucional y operativo. Su actuación más emblemática tuvo lugar en diciembre de 2018, durante un operativo realizado en la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz, donde logró detectar más de 100 pastillas de éxtasis (MDMA). Aquel suceso se convirtió en un punto de inflexión: no solo confirmó la efectividad del entrenamiento canino frente a sustancias sintéticas, sino que también posicionó a la División K-9 como referente en la especialidad.
Durante toda su trayectoria, Brama participó en 247 procedimientos, todos con resultados positivos. Su trabajo abarcó la detección de marihuana, cocaína, ketamina, tussi (conocida como cocaína rosa) y hasta armas de fuego. La efectividad del 100% alcanzada por Brama no es solo un dato estadístico: es el reflejo de un binomio sólido, entrenado, disciplinado y comprometido.
Desde la institución, se destacó especialmente el trabajo de la División K-9, cuyo equipo fue responsable de la formación y del desarrollo continuo de las habilidades de Brama. “Brama no fue una más. Fue pionera, compañera y símbolo de excelencia. Su legado permanecerá vigente en cada nuevo binomio que se forme y en cada operativo que siga su camino”, remarcaron.
Su retiro no es un adiós, sino una transición hacia una nueva etapa. Brama fue adoptada por una familia de la Fuerza, donde vivirá sus años de descanso rodeada del cariño que supo cosechar en cada jornada de trabajo.