
Mediante una publicación en redes sociales, Schiaretti confirmó su decisión y afirmó: “Estoy cumpliendo con una tradición del cordobesismo”, aludiendo a una práctica habitual en el peronismo cordobés, que establece que el titular del Ejecutivo también debe encabezar el partido a nivel provincial.
Comparto la carta de mi renuncia a la presidencia del Partido Justicialista de Córdoba.
— Juan Schiaretti (@JSchiaretti) July 3, 2025
Lo hice en consonancia con una tradición del peronismo cordobés: quien tiene la responsabilidad de gobernar la provincia, debe también conducir los destinos del partido.
Ese mandato popular… pic.twitter.com/AZav0nILvV
El anuncio no generó sorpresas dentro del peronismo local. Funcionarios y dirigentes ya venían anticipando la salida de Schiaretti y daban por descontado que el actual gobernador asumiría la conducción del Partido Justicialista, lo que garantizaría continuidad política en la estructura partidaria.
Sin embargo, fuentes cercanas al oficialismo advierten que, si bien Llaryora aceptaría formalmente el cargo, podría optar por no involucrarse de manera directa en la gestión diaria del partido. En ese caso, el liderazgo operativo y el armado electoral —clave en un año donde el peronismo cordobés se juega su posicionamiento— podrían quedar en manos de sus colaboradores más cercanos.
Con este movimiento, el PJ cordobés iniciaría una nueva etapa bajo el liderazgo de Martín Llaryora, en un contexto político donde el alineamiento interno y la estrategia electoral de cara a los próximos comicios serán determinantes.