
Un piloto que había sido sobreseído tras aterrizar un helicóptero en el campo de polo de un barrio privado de Pinamar en 2019 volverá a ser juzgado, luego de que la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal anulara el fallo que lo beneficiaba. El tribunal ordenó emitir una nueva resolución que contemple todas las conductas tipificadas en el artículo 190 del Código Penal, que sanciona con prisión de 2 a 8 años a quienes pongan en riesgo la seguridad de una aeronave o de terceros.
El hecho ocurrió el 12 de febrero de 2019 en el barrio cerrado “La Herradura”, cuando un helicóptero blanco, con la leyenda de una reconocida empresa de revestimientos de madera en el fuselaje, descendió sobre la cancha de polo durante el desarrollo de una actividad deportiva ecuestre. Según la denuncia presentada por el intendente del barrio, en ese momento había público presente, incluidas familias con niños.
La investigación del Ministerio Público Fiscal reveló que el piloto, que volaba un helicóptero modelo Robinson, realizó la maniobra para llevar a su hijo y a un amigo a un cumpleaños. Por ese accionar, fue imputado por realizar vuelos temerarios que pusieron en riesgo la vida y los bienes de otras personas, una figura prevista en el Código Aeronáutico.
En primera instancia, el piloto fue procesado, pero su defensa apeló la decisión y logró que la Cámara Federal de Mar del Plata dictara primero la falta de mérito y luego su sobreseimiento. Sin embargo, Casación consideró que el fallo omitió analizar hechos que podrían encuadrar en una figura penal más grave, tal como lo planteó la fiscalía.
Ahora, la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata deberá emitir una nueva resolución que contemple la posible comisión de un delito penal por parte del imputado. El caso reabre el debate sobre el uso indebido de aeronaves privadas en zonas residenciales y la necesidad de un mayor control sobre las maniobras de riesgo.