
La agroindustria argentina no solo se destaca por ser uno de los principales productores y exportadores de soja y derivados, carne vacuna y el know how del paquete tecnológico de siembra directa, solo por nombrar algunos de los rubros nacionales más reconocidos.
De esta manera, la implementación de prácticas como la siembra directa, la rotación de cultivos y la incorporación de biotecnología permite posicionar a nuestro país dentro de los principales líderes en la producción agropecuaria sostenible.
En este contexto, no debe dejar mencionarse que a partir de iniciativas público-privadas, el aumento de la producción orgánica, la consolidación de certificaciones y normativas ambientales -sumado a la generación de bioenergías- contribuyen a una producción de bajo impacto ambiental comparado con los principales competidores del país.
En el sector agroindustrial, sobran ejemplos para sostener esta afirmación. Desde la producción de carinata -un cultivo de cobertura que se utiliza para la producción de biocombustible para aviación, pasando por el manejo de efluentes para generar energía eléctrica en establecimientos ganaderos y las certificaciones de la industria forestal, el campo argentino se destaca al momento de planificar el cuidado del medio ambiente.
La Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba) realizó un listado de cuáles son las actividades que más contribuyen a la sostenibilidad ambiental.
Según la entidad, el país se ubica en el segundo o tercer puesto global en cuanto a superficie destinada a la producción orgánica, lo que refleja un modelo productivo con bajos niveles de intervención química y un enfoque orientado a la conservación del entorno natural.
En el ámbito energético, Argentina es el tercer productor de biogás en América Latina y el sexto a nivel mundial en biodiésel elaborado en base a aceite de soja. También ocupa el octavo lugar entre los productores de bioetanol, que se fabrica a partir de maíz y caña de azúcar
“Estas fuentes energéticas renovables provienen de residuos agrícolas y subproductos de la industria agroalimentaria, lo que permite valorizar desechos y reducir el uso de combustibles fósiles”, explicaron desde la bolsa cordobesa.
El lado sostenible de la agroindustria en Argentina🌱
— Bolsa de Cereales de Córdoba (@BCCBA) July 7, 2025
En un contexto global cada vez más orientado hacia la sostenibilidad, la agroindustria argentina se posiciona como un actor clave en la producción de alimentos, bioenergías y biomateriales con prácticas responsables.
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El 90% de la siembra en el país se realiza mediante siembra directa, una técnica que evita el uso de arado y conserva la estructura del suelo. A esto, se suma que más del 60% de la superficie agrícola aplica esquemas de rotación de cultivos, una práctica clave para la salud del suelo y el control de plagas.
En términos de innovación y tecnología, Argentina se ubica entre los cinco principales exportadores agroindustriales del mundo y es el tercer país con mayor superficie cultivada con biotecnología. Este tipo de desarrollos permite obtener cultivos más eficientes y resistentes, con menor impacto ambiental.
El país también aplica normativas y certificaciones sobre sostenibilidad, tanto públicas como privadas, que permiten validar y transparentar el comportamiento ambiental de sus cadenas productivas.
“Estas regulaciones son cada vez más exigidas por los mercados internacionales, especialmente en productos como carne, soja, vinos y frutas”, remarcaron desde la bolsa cordobesa.
Argentina es también el único país que produce energía renovable a partir de la cáscara de maní. En lo financiero, el 12% de los bonos sociales, verdes y sustentables emitidos en Argentina se destinan a la agroindustria, lo que refleja el interés del sector en fortalecer su perfil ambiental y acceder a instrumentos que promuevan una producción más limpia.