
En el marco del plan de desregulación impulsado por el Gobierno nacional, los anuncios que realizó hoy el vocero presidencial, Manuel Adorni, tuvieron un fuerte impacto en el sector agropecuario.
El caso más visible fueron las disposiciones en relación al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). “Se transformó en organismo desconcentrado el INTA, cuya planta había crecido un 100% en los últimos 20 años”, resumió el portavoz.
De este modo, el organismo técnico -con presencia en todo el país- pasará de ser un organismo descentralizado con autarquía a un ente desconcentrado, bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura. Sin dudas, se trata del anuncio de mayor impacto para el sector agropecuario, que generó fuertes cruces entre personal y directivos del INTA y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger.
En los primeros días de junio, el funcionario expresó que en relación a este organismo, "hay algunos números interesantes, tiene 6.000 personas y es una planta muy importante, en el año 2003 era de 3.000 personas”, afirmó. Y preguntó: “Si en el 2003 tenían 3.000 o 3.500 personas, ¿por qué hoy necesitan más de 6.000 personas?”
En un comunicado posterior al anuncio, el Gobierno nacional argumentó que "el INTA, una de las entidades más emblemáticas del país, se desvió durante los últimos años de su propósito original, siendo utilizado como herramienta de militancia política y con un enfoque guiado por los lineamientos de la Agenda 2030 y alejado de las necesidades reales del progreso del sector agroindustrial".
Para la Casa Rosada, "el carácter descentralizado del INTA no se tradujo en una mayor eficacia institucional, sino que ha derivado en dificultades de supervisión estratégica, dispersión operativa y una débil alineación con los lineamientos de la política agropecuaria nacional.
Con estos antecedentes, adelantaron que el nuevo rol del INTA "será el foco en la investigación, la creación de tecnologías y bienes públicos tecnológicos para profundizar la base científica dirigida a la producción agropecuaria y contribuir a la formación de nuevos productores agropecuarios altamente capacitados".
Adorni anunció la disolución del Instituto Nacional de Semillas (Inase), que según el funcionario “significa ahorros de unos $1.000 millones anuales”.
La motosierra también llegó al Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, “donde el 85% del presupuesto se iba en sueldos y tenía 1.000 empleados en total”, de acuerdo a lo expresado por el vocero.
El otro organismo que se disolvió fue la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal. En este punto, recordó que “tenía más secretarios de Estado que la Secretaría de Transporte, y es el ejemplo perfecto de agencias descentralizadas que se crean con el único fin de hacer cajas. Sus funciones duplicaban las que ya tenía Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica).
En el caso del Instituto Nacional de Vitivinicultura, se transformó en una unidad organizativa, y según agregó Adorni "se produce una fuerte desregulación en la industria, para darle mayor libertad a los productores".
También se derogaron los Regímenes de Promoción de ganadería ovina y llamas; del gusano de seda, de la actividad caprina; de ganadería ovina en zonas áridas y semiáridas; de búfalos de agua y producción algodonera. Con respecto a fondos fiduciarios, se eliminaron los de Recuperación de la Actividad Bovina; el Nacional de Agroindustria; el de Protección Ambiental de los Bosques Nativos y el Fondo Estabilizador para el Trigo.