
Arranque de semana caliente para el dólar, que volvió a acelerar su marcha. Luego de un semestre relativamente estable, la primera semana de julio mostró que las tensiones siguen latentes.
El dólar oficial subió $20 en un solo día y cerró en $1.280, el valor nominal más alto desde que asumió el gobierno de Javier Milei. En los últimos 30 días, el salto acumulado fue de $80, lo que equivale a una suba del 5,4% mensual.
También se recalentaron las cotizaciones financieras. El dólar MEP avanzó $30 en la jornada (+2,4%) y finalizó en $1.276, mientras que el Contado con Liquidación (CCL) trepó 2,5% hasta $1.279,70. En ambos casos, son los valores más altos desde fines de marzo.
El dólar blue fue el que más subió. En las cuevas del microcentro porteño se negoció a $1.270, $40 más que el viernes (+3,25%). Para encontrar un nivel similar hay que retroceder a abril, antes de la apertura del cepo cambiario.
La intención oficial de llevar el tipo de cambio al “piso” de la banda cambiaria -actualmente por debajo de los $1.000- quedó desdibujada ante un escenario más complejo de lo previsto.
Con un BCRA que no acumula reservas, una oferta en baja y una demanda en alza, la presión cambiaria se intensifica en la antesala de la discusión electoral.
Por el lado de la oferta, ya quedó atrás el ingreso fuerte de divisas del agro, que alcanzó niveles récord en volumen. Sin embargo, durante ese período el BCRA no compró dólares, en línea con su estrategia de intervenir únicamente si el tipo de cambio se acerca al techo de la banda cambiaria.
Por el lado de la demanda, la reciente publicación del Balance Cambiario del BCRA muestra que un millón de personas compraron en mayo USD 2.262 millones en el mercado oficial, mientras que el gasto por turismo emisivo ascendió a USD 4.501 millones en lo que va del año.
En su última exposición pública, el ministro de Economía, Luis Caputo, respondió a la pregunta:
• Privatización de empresas públicas
• Venta de concesiones hidroeléctricas
• Empresas o provincias que generen dólares, el tesoro lo puede comprar
Sin embargo, ninguna de estas opciones garantiza un flujo constante de divisas que permita sostener la oferta frente al incremento de la demanda.
Con este panorama, el Gobierno enfrenta un escenario electoral con menor oferta de dólares, más demanda y crecientes presiones políticas y sociales.
El desafío será múltiple: por un lado, restaurar la confianza en los activos en pesos; por otro, esperar el desembolso del FMI por USD 2.000 millones tras la primera revisión del programa. Y, sobre todo, evitar que esta suba del dólar se traslade a los precios, para preservar su principal activo político: la desaceleración inflacionaria.