
A partir de julio de 2025, varios países comenzaron a implementar medidas innovadoras para limitar el consumo de tabaco, apuntando especialmente a los jóvenes. Nueva Zelanda fue pionera al sancionar en 2022 una ley que prohibía la venta de cigarrillos a quienes nacieran a partir de 2009. Aunque la norma fue derogada en 2024 por el nuevo gobierno, inspiró un movimiento global sin precedentes.
El Reino Unido siguió el mismo camino con una legislación que eleva progresivamente la edad mínima legal para comprar tabaco, bloqueando el acceso para las futuras generaciones. Países Bajos y otras naciones europeas han comenzado a debatir marcos similares, con apoyo de autoridades sanitarias y presión desde organizaciones civiles.
Francia lidera otro frente de la política antitabaco: la restricción total de fumar en espacios públicos al aire libre. Desde julio de 2025, se prohíbe fumar en playas, parques, jardines, entornos escolares, instalaciones deportivas y paradas de transporte. Las multas por infracción ascienden a 135 euros.
Esta medida forma parte del programa nacional para alcanzar una “generación sin tabaco” en 2032. Las autoridades han enfatizado la necesidad de proteger a menores y no fumadores del humo pasivo, además de desalentar el hábito en espacios compartidos y familiares.
Rusia, India, Australia y varios países de América Latina también intensificaron sus restricciones. En muchos casos, las nuevas leyes apuntan a prohibir fumar en playas, patios y otros entornos abiertos con alta circulación de personas. Algunas provincias y ciudades han implementado normativas incluso más estrictas a nivel local.
El mapa global muestra una creciente homogeneidad regulatoria en torno al tabaco, similar al proceso vivido con los cinturones de seguridad o las restricciones al alcohol. La Organización Mundial de la Salud apoya la tendencia y alienta a los Estados a adoptar enfoques generacionales para erradicar el tabaquismo.
Si bien la tendencia es ascendente, no está exenta de polémicas. En Nueva Zelanda, la derogación de la ley de “generación libre de humo” provocó críticas internacionales. El nuevo gobierno justificó su decisión alegando preocupaciones económicas y el riesgo de expansión del mercado negro.
Otros países han enfrentado la presión de la industria tabacalera y sectores conservadores que consideran las medidas excesivas. Sin embargo, encuestas de opinión muestran un amplio respaldo social a las restricciones, especialmente entre los más jóvenes y las familias con niños.
🌍 | A partir de julio de 2025, países de todo el mundo intensificarán las leyes antitabaco.
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) July 8, 2025
Nueva Zelanda se convirtió en el primer país libre de humo, mientras que naciones como el Reino Unido, los Países Bajos y Francia han introducido leyes de "generación libre de humo" que… pic.twitter.com/WMlcX5QRk2
La ola global de leyes antitabaco marca un punto de inflexión en la lucha contra el tabaquismo. La combinación de restricciones por edad, prohibiciones al aire libre y campañas de concientización puede convertirse en una herramienta efectiva para transformar hábitos de consumo.
Más allá de las diferencias políticas, la dirección es clara: los países buscan limitar el daño del tabaco desde una perspectiva estructural y preventiva. El desafío será sostener el impulso político y garantizar la implementación efectiva de las medidas a largo plazo.