
El Club Atlético River Plate cerró un refuerzo que sorprendió a muchos: la incorporación de Alex Woiski, el “europibe” que fue apodado como el “nuevo Garnacho” y que llega desde Europa, específicamente del Mallorca. El juvenil está en el país, listo para someterse a la revisión médica previa a la firma de un contrato donde sería por 3 años de contrato.
Mientras todos los ojos estaban puestos en la oficialización de Maximiliano Salas, la posible vuelta de Juan Fernando Quintero y la llegada de Lucas Cepeda, proveniente del Colo-Colo, la dirigencia abrochó la llegada del juvenil desde el viejo continente.
La operación fue silenciosa, en un claro intento de mantener la confidencialidad de la negociación. El futbolista, nacido en Palma de Mallorca en 2006, quedó libre del club español y en cuestión de horas ya estaba en Buenos Aires para realizar los trámites médicos y cerrar su vínculo con River.
Alex Woiski será evaluado por Marcelo Gallardo en las próximas semanas y, dependiendo de su nivel, será incluido en el plantel profesional o enviado a la Reserva. La intención es que se adapte al estilo y ritmo del fútbol argentino lo más rápido posible. El mayor déficit de River en el 2025 fue la poca capacidad ofensiva que tuvo y claramente es el puesto donde más se necesita reforzar.
Más si se tiene en cuenta que en los próximos días se irá Gonzalo Tapia, otra apuesta que llegó al club hace 6 meses y no pudo hacer pie en la primera del club, sumado a que Miguel Borja finaliza su vínculo contractual en diciembre y seguramente se marchará buscando nuevos horizontes.
El juvenil fue formado en Mallorca, donde inició su camino en el fútbol a los 7 años tras ser descubierto en un torneo escolar por cazatalentos del club. Desde entonces, su historia con la camiseta bermellón fue en ascenso constante. Eso sí, no disputó un solo partido en la primera división del conjunto español. No obstante se convirtió en uno de los máximos goleadores de las inferiores y desde el scouting de la selección argentina lo tienen visto desde que tenía 16 años.
A nivel de selección, ya sabe lo que es ponerse la albiceleste desde muy chico y tuvo un paso positivo en las veces que le tocó jugar. Con doble nacionalidad, fue tentado por Italia y Estados Unidos, pero rechazó esas opciones para defender los colores de Argentina, país de sus raíces maternas. Fue convocado por Javier Mascherano en junio del año pasado para la juvenil Sub 20, en una serie de amistosos contra Estados Unidos, y posteriormente participó en acciones con la Sub 23 en partidos frente a Paraguay.
Su paso por el torneo de L’Alcudia en 2024 fue muy bueno. Integrando la selección argentina aprovechó su oportunidad y mostró toda su calidad y potencial, llevando al equipo hasta la final del certamen, donde cayó 1-0 ante Uruguay. En ese campeonato, compartió plantel con varios de sus futuros compañeros; entre ellos, Agustìn Ruberto.
A su vuelta de ese torneo, Palmeiras ofreció 200.000 euros por su pase, pero no hubo acuerdo. También lo quisieron los clubes más importantes de Italia: Juventus, Inter y Milan. En ese entonces, para hacerse de los servicios del jugador había que abonar la cláusula de salida que era de 7.000.000 de euros.
A lo largo de su carrera, Woiski no solo se ha destacado por su capacidad goleadora, sino también por su versatilidad para desempeñarse en distintas posiciones del ataque. No es un delantero centrado exclusivamente en el área, sino que también puede jugar por las bandas. En la institución española, le destacan su olfato goleador y la capacidad para generar situaciones de gol mediante su gran velocidad.
Muchos comparan su estilo de juego con el de Julián Álvarez. Esas características en los atacantes suelen seducir al “Muñeco”. Los mejores equipos de Gallardo tuvieron delanteros que presionaban alto y con intensidad física, algo que viene careciendo este equipo especialmente de mitad de cancha para adelante.
Para Woiski, esta transferencia implica un salto importante en su carrera y va a poder jugar en el club del cual es hincha desde la cuna y que formó a uno de sus máximos ídolos, Julián Álvarez. Además, el hecho de ser dirigido por Marcelo Gallardo es algo que seduce a cualquier juvenil que está en pleno proceso formativo.