
Un grupo de cinco ladrones protagonizó un asalto tan violento como planificado en pleno centro comercial de San Francisco Solano. Con un método insólito, la “banda de la silla de ruedas” volvió a actuar con total impunidad: uno de sus integrantes fingió tener una discapacidad motriz para ingresar sin sospechas a una joyería ubicada sobre la avenida 844 al 2508. En menos de 90 segundos, desataron una secuencia de terror.
Todo comenzó poco después de las 10 de la mañana, a escasos metros de la comisaría 4° de Quilmes. Uno de los delincuentes ingresó al local simulando estar interesado en un reloj exhibido en la vidriera. Con actitud amable, le abrió la puerta a un segundo hombre que se desplazaba en silla de ruedas, empujado por un tercero. Sin embargo, al cruzar el umbral, el supuesto discapacitado se levantó de la silla, sacó un arma de fuego y encañonó a los empleados, mientras su cómplice también extraía una pistola y se colocaba en posición de disparo.
“Dos estaban armados, eran ladrones con guantes. Fue cuestión de segundos”, relató Martín Blanco, dueño del comercio, visiblemente afectado por la violencia del robo. El ladrón en silla de ruedas abrió un bolso rojo con el logo de una conocida empresa de envíos y comenzó a llenarlo con anillos, collares, joyas y relojes. Mientras tanto, otros dos integrantes del grupo pasaban del otro lado del mostrador, vaciaban vitrinas y cajones, y exigían el oro de la casa.
En paralelo, un cuarto asaltante agredió a una mujer que se encontraba en la puerta, mientras un quinto —que actuaba de “campana”— golpeó brutalmente a un cliente que miraba las vidrieras. “Al pobre hombre que agarraron lo tiraron como una bolsa de papa y lo arrastraron. Fue al que más golpearon”, contó Blanco. Además de las alhajas, los delincuentes se llevaron los celulares de los empleados y el dinero de la caja registradora.
Fuera del local, la mayoría de los transeúntes no se percató del robo. Solo los clientes del multiespacio Provenzano, que tomaban un café en la vereda, advirtieron la situación y fueron apuntados por los ladrones antes de que escaparan en un Toyota Corolla, dejando abandonada la silla de ruedas en la vereda. Todo el episodio quedó registrado por las cámaras de seguridad del local.
“Está liberada la zona. Uno entró en silla de ruedas, sacó, desenvainó, dijo ‘quédense quietos’ y nos robó”, denunció el dueño de la joyería en diálogo con Mediodía Noticias. Y agregó con resignación: “Hace diez años nos había pasado, pero había dejado de pasar. Siempre que hay año electoral pasan estas cosas”.
Lejos de tratarse de un hecho aislado, los investigadores ya vinculan a este grupo con otro robo similar ocurrido apenas una semana antes, cuando asaltaron un comercio de telefonía celular que inauguraba un nuevo local en la misma zona. En ese golpe también utilizaron la misma maniobra: ingresar al local con un supuesto discapacitado para tomar por sorpresa a los empleados.