14/07/2025 - Edición Nº888

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Qué pasó con Gativideo, la empresa argentina líder de VHS

13/07/2025 | En los 90, ir al videoclub era pasar por un catálogo que muchas veces llevaba este sello, el de LK-Tel o el de AVH.



En los años 90, ir al videoclub era un ritual casi sagrado para los amantes del cine en Argentina, y Gativideo, una empresa radicada en San Luis, era un nombre omnipresente en los estantes repletos de VHS. Junto a competidores como AVH y LK-Tel, Gativideo marcó una era dorada del consumo cinéfilo, cuando las cintas de video eran el principal medio para disfrutar películas en casa.

Fundada en 1987 por la familia Scalella, la empresa dominó el mercado argentino en un contexto en el que este mercado llegó a mover cerca de 200 millones de dólares anuales para 1999. Su logo, acompañado por la icónica fanfarria de Aaron Copland o el reconocible saxo de "Silhouette" de Kenny G, nos evocan hoy la emoción de elegir una película para el fin de semana. Gativideo es un sinónimo de la cultura pop de la época.

Gativideo se estableció estratégicamente en San Luis para aprovechar beneficios impositivos que incentivaban la instalación de fábricas. Con una planta de 5200 m² dedicada a la producción de copias de VHS, la empresa se posicionó como líder en un mercado que, en su apogeo en 1999, vendía aproximadamente 78 millones de casetes al año en Argentina. Gativideo tenía los derechos de distribución de gigantes como Disney y Miramax. Mientras tanto, AVH manejaba licencias de Warner Bros., Paramount y Universal, y LK-Tel distribuía producciones de Sony y Columbia.

Sin embargo, el reinado de Gativideo comenzó a desmoronarse con la llegada del nuevo milenio, cuando la tecnología empezó a transformar el consumo de entretenimiento. La irrupción de los DVD, más baratos y de mayor calidad, junto con el auge de la piratería y, más tarde, el streaming, golpearon duramente al mercado del VHS. Mientras AVH logró adaptarse parcialmente al pivotar hacia otros sectores como el gaming, Gativideo no pudo resistir la corriente de cambio. En agosto de 2009, la empresa cerró sus puertas, apenas unos meses antes de la desaparición de Blockbuster, marcando el fin de una era para los videoclubes y las cintas de video en Argentina. Luis Scalella, miembro de la familia fundadora, resumió la caída de Gativideo con una frase contundente: “Al video lo mató la tecnología”.

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