12/07/2025 - Edición Nº886

Internacionales

Narcotráfico regional

Nayib Bukele responde a México: la controversia por el decomiso de cocaína

12/07/2025 | El aseguramiento de una aeronave en Colima cargada con cocaína provocó un cruce diplomático entre García Harfuch y Bukele.



El reciente decomiso de 428 kilos de cocaína en una pista clandestina en Tecomán, Colima, ha desencadenado un inesperado conflicto diplomático entre México y El Salvador. El operativo, realizado el 3 de julio, culminó con la captura de tres ciudadanos mexicanos y el aseguramiento de una avioneta que había sido detectada horas antes por el sistema de vigilancia aérea mexicano (CENAVI) volando a la altura del sur de San Salvador, en espacio aéreo internacional.

La reacción oficial del secretario de Seguridad mexicano, Omar García Harfuch, fue inmediata: en una conferencia de prensa, afirmó que la aeronave provenía de El Salvador. Esa afirmación, aparentemente basada en el trayecto detectado, fue interpretada como una acusación directa por parte del gobierno salvadoreño, que no tardó en responder de forma tajante. La tensión no tardó en escalar a nivel diplomático.

Un operativo exitoso, una frase polémica

El aseguramiento en Colima fue producto de una acción coordinada entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional, quienes localizaron la aeronave poco después de su aterrizaje. La droga, valuada en aproximadamente 5 millones de dólares, estaba distribuida en paquetes ocultos dentro del fuselaje. Los tres tripulantes detenidos fueron identificados como Leonardo Alonso Parra Pérez (piloto), José Adán Jalavera Ceballos (copiloto) y Felipe Villa Gutiérrez.

Lo que parecía una victoria operativa contra el narcotráfico se convirtió en una controversia internacional cuando Harfuch declaró que el avión había salido de El Salvador. Aunque técnicamente se refería a su detección a la altura del país centroamericano, sus palabras fueron interpretadas como una imputación directa de responsabilidad, lo que desató la inmediata reacción del presidente Nayib Bukele.

Bukele exige rectificación

Desde San Salvador, Bukele acusó públicamente a Harfuch de mentir y de poner en entredicho la integridad de su país en la lucha contra el narcotráfico. A través de sus redes sociales, el mandatario salvadoreño negó que la avioneta hubiese despegado desde su territorio y respaldó su versión con información técnica proporcionada por autoridades costarricenses y la Fuerza de Tarea Conjunta Interinstitucional Sur (JIATFS), una unidad de vigilancia estadounidense.

Según estos reportes, la aeronave habría partido de Costa Rica y sobrevolado el Pacífico sin ingresar en espacio aéreo salvadoreño. Bukele insistió en que el informe original de México confundía “procedencia” con “posición de detección” y exigió una rectificación formal por parte del Gobierno mexicano. La situación escaló cuando El Salvador llamó a consultas a su embajadora en Ciudad de México, Rosa Delmy Cañas.

Respuesta moderada desde México

En contraste, el gobierno mexicano buscó enfriar el conflicto. La presidenta Claudia Sheinbaum minimizó el incidente al calificarlo como un “malentendido”, y expresó públicamente su respeto hacia El Salvador. Desde Palacio Nacional, se transmitió el mensaje de que la relación bilateral no debía verse afectada por un error de interpretación en una rueda de prensa.

El propio Harfuch matizó posteriormente sus palabras. En declaraciones más prudentes, aclaró que su intención no era acusar a El Salvador, sino simplemente informar de los hechos conforme a los datos que le había proporcionado el CENAVI. Aun así, evitó pedir disculpas explícitas o retractarse del todo, lo que dejó abierta la posibilidad de que el conflicto permanezca latente.

Cooperación regional en entredicho

Este episodio reaviva las tensiones sobre la cooperación antidrogas en Centroamérica y México. Mientras Bukele ha promovido una política de mano dura contra las pandillas y el crimen organizado, México ha priorizado el rastreo de rutas aéreas y marítimas del narcotráfico en la región, con apoyo técnico de Estados Unidos. En este caso, ambos países parecen compartir un enemigo común, pero se han enfrascado en una disputa por el control del relato.

Además, los expertos señalan que este tipo de conflictos públicos puede erosionar la confianza mutua y dificultar la colaboración futura. Si bien la mayoría de los operativos se apoyan en información compartida entre países, la gestión comunicacional posterior puede desestabilizar los avances.

Una situación complicada 

El incidente de la avioneta ha puesto en evidencia las tensiones latentes en la lucha regional contra el narcotráfico. Aunque el decomiso fue exitoso desde una perspectiva operativa, el mal manejo político posterior expuso las fragilidades diplomáticas entre gobiernos que, en teoría, deberían cooperar estrechamente.

De momento, el conflicto parece contenido, pero la falta de una disculpa formal y la dureza del discurso de Bukele podrían dejar cicatrices en la relación bilateral. En un contexto donde la cooperación regional es clave para frenar el tráfico de drogas, las palabras mal elegidas pueden tener consecuencias duraderas.