
El conflicto entre el Gobierno y el Hospital Garrahan sigue escalando. Tras negarse a otorgar aumentos salariales, el oficialismo reafirmó su decisión de avanzar con un plan de ajuste sin margen para la negociación. La respuesta sindical no tardó: el próximo 17 de julio se realizará un nuevo paro con movilización a Plaza de Mayo, impulsado por la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT).
Desde el oficialismo anticipan que se comunicará en breve una serie de nuevos despidos, en base a un análisis del sistema biométrico instalado en junio. Según fuentes libertarias, este mecanismo permite verificar la presencia y el cumplimiento horario del personal. Aunque no precisan cifras, aclaran que será un número menor al denunciado por los gremios y que el personal sanitario estará excluido del recorte.
La planta del hospital está compuesta por unas 4600 personas, incluyendo 400 residentes, 350 becarios y 850 trabajadores tercerizados. El proceso de revisión está siendo controlado por el Consejo de Administración, órgano alineado con los lineamientos del ministro de Salud, Mario Lugones.
Entre las autoridades del consejo se destacan Mariel Sánchez, médica formada en la Universidad de La Plata y expresidenta clínica del hospital; Roberto Dalmazzo, contador con experiencia previa en el ámbito privado y en el propio Garrahan; y Jorge Menehem, pediatra con dos décadas de trayectoria en la institución.
Otro nombre que genera resistencia sindical es el de Mariano Pirozzo, designado como interventor. Con pasado en el Hospital Bonaparte, desde el oficialismo destacan su gestión en ese centro de salud: “Había 600 empleados y hoy hay 400, el hospital funciona sin problemas”, aseguran.
Por ahora, en La Libertad Avanza descartan cualquier discusión paritaria. Según el presidente Javier Milei, “el superávit fiscal no se negocia”. No obstante, desde el entorno del Consejo no descartan posibles mejoras salariales futuras, siempre y cuando se mantenga el orden financiero del hospital.