
La vicepresidenta Victoria Villarruel volvió a marcar distancia del presidente Javier Milei y su círculo más íntimo en un contexto de crecientes tensiones internas dentro del Gobierno. A través de sus redes sociales, Villarruel respondió con dureza y sarcasmo a consultas de seguidores, dejando expuestas las grietas del oficialismo.
En medio de las recientes derrotas legislativas sufridas por el Gobierno en el Senado, Villarruel criticó la gestión del gasto público y apuntó directamente a figuras cercanas a Milei, como Karina Milei y Lilia Lemoine, a quienes vinculó con gastos superfluos, incluyendo viajes y el manejo de la SIDE. “No sé por qué no puso a la hermana o a la 'Limones' que a ustedes les gusta tanto”, fue una de las frases más contundentes dirigidas a su propio espacio.
Además, la vicepresidenta no dudó en cuestionar la relación personal y política con Milei, señalando que el presidente ni siquiera saluda a quienes lo acompañaron en su llegada al poder. “Hacele el reclamo a él, yo a la educación no la pierdo nunca”, respondió Villarruel, evidenciando el deterioro de su vínculo.
Estas expresiones se suman a una serie de desencuentros que vienen marcando la gestión desde sus inicios, donde Villarruel fue marginada de decisiones clave y criticada por diversos sectores libertarios por su desempeño institucional.
Con un discurso cargado de ironía y reclamos sociales, la vicepresidenta hizo un llamado a la sensibilidad con los sectores más vulnerables, señalando que el equilibrio fiscal no debe ser una excusa para dejar desprotegidos a jubilados y discapacitados.
La interna del oficialismo no solo pone en jaque la unidad política, sino que también añade complejidad al escenario electoral, con un Gobierno enfrentado a la oposición y a divisiones internas que complican su gestión.
Mientras tanto, Villarruel continúa diferenciándose públicamente, reafirmando su posición y dejando claro que no asumirá responsabilidad por el desgaste político que atraviesa el espacio gobernante.
Este nuevo capítulo de la disputa interna pone en evidencia que las tensiones dentro del Gobierno están lejos de resolverse y que la convivencia entre sus principales figuras sigue siendo una asignatura pendiente.