
La política cordobesa volvió a agitarse tras una semana marcada por los cruces en el Senado. Esta vez, el eje estuvo en una imagen: la vicegobernadora Myrian Prunotto reunida con Facundo Manes en Buenos Aires, en un gesto que reactiva las especulaciones sobre una eventual candidatura nacional de Juan Schiaretti y el reordenamiento del oficialismo provincial.
La foto se conoció apenas horas después del acuerdo que Manes selló con Schiaretti para avanzar en una alianza electoral en la provincia de Buenos Aires. Desde el entorno del radical remarcaron que hay “coincidencias estratégicas” con el cordobesismo, mientras que Prunotto publicó: “Renovamos nuestras coincidencias sobre el rumbo que debe tomar la Argentina y el rol que nos toca a cada uno”.
En paralelo, en Córdoba se empieza a notar un giro: la negativa rotunda a que Schiaretti compita este año ya no es tal. Fuentes cercanas al gobernador Martín Llaryora admiten que el exmandatario está esperando resultados de encuestas para definir su rol. Si los números lo acompañan, Schiaretti podría encabezar la boleta del oficialismo.
El movimiento tiene implicancias directas sobre la interna del PJ cordobés. Si Schiaretti juega, queda descartada una interna fuerte entre Miguel Siciliano y Manuel Calvo, dos de los hombres con más ambiciones dentro del espacio. En cambio, si el exgobernador se corre, la disputa por el primer lugar se intensifica, y podría arrastrar incluso a la vicegobernadora.
Aunque cerca de Prunotto insisten en que no quiere dejar su cargo, su visibilidad creció en las últimas semanas y empieza a sonar como posible segunda en la lista. La alternativa de Diana Mondino, impulsada por sectores del establishment, también circula como opción, aunque el peronismo duro la rechaza de plano.
El avance de Schiaretti en el escenario electoral también provoca ruido en el radicalismo y en La Libertad Avanza. Rodrigo de Loredo, jefe del bloque de la UCR, ya advirtió que si el cordobés encabeza, los libertarios sólo podrían competir en Córdoba si logran cerrar alianzas. Y empezó a explorarse una repetición del modelo bonaerense, donde Milei cerró con un sector del PRO.
Mientras tanto, en el radicalismo admiten que la interna provincial quedó desactivada y que no habrá PASO para definir candidaturas. Todo se resolverá en el Congreso partidario convocado para esta semana, donde se discutirá con quién se sella la alianza y quién controla finalmente el sello de la UCR cordobesa.
Con el calendario apretando y el 7 de agosto como fecha límite, el armado cordobés está en plena ebullición. La señal que dio Prunotto con Manes y la expectativa sobre Schiaretti reflejan una estrategia que todavía no muestra todas sus cartas, pero que ya empezó a mover el tablero.