
Este lunes, en la Legislatura provincial, comenzará formalmente el proceso de reforma constitucional en Santa Fe, la única provincia que aún no modificó su Carta Magna desde la Constitución Nacional de 1994. En ese marco, el gobernador Maximiliano Pullaro se juega una carta clave: habilitar la reelección.
En la sesión inaugural, prestarán juramento los 69 convencionales constituyentes elegidos el pasado 13 de abril. A partir de entonces, tendrán un plazo inicial de 40 días para debatir modificaciones a 42 artículos de la Constitución, con posibilidad de extender el período hasta el 12 de septiembre.
La Convención Reformadora estará dominada por el oficialismo: el frente Unidos para Cambiar Santa Fe contará con 33 escaños. Le siguen Más para Santa Fe, del peronismo, con 12; La Libertad Avanza, encabezada en la provincia por Nicolás Mayoraz, con 10; el espacio de Amalia Granata, con 7; Activemos, de Marcelo Lewandowski, con 4; y el Frente de la Esperanza, de Alejandra “Locomotora” Oliveras, con 3.
Entre los convencionales se destacan figuras como el propio Pullaro, ministros provinciales, legisladores nacionales y dirigentes del socialismo, el PRO, el peronismo y los espacios libertarios. También participarán referentes como Juan Monteverde (Ciudad Futura), Mayoraz, Granata, Lewandowski y el exsenador Rubén Giustiniani.
Las sesiones centrales se desarrollarán en la ciudad de Santa Fe, aunque también habrá comisiones en Rosario. El debate será público y contará con transmisión oficial. La intención del oficialismo es impulsar una reforma que apunte a la modernización institucional, mayor eficiencia del Estado y ampliación de derechos, pero el eje más sensible será, sin dudas, la posible habilitación de la reelección del gobernador.
De concretarse, esta será una reforma histórica que podría reconfigurar el futuro político de la provincia. Pullaro, con alto respaldo en las urnas en 2023, buscará capitalizar su liderazgo y abrir la puerta a un segundo mandato, en medio de una convención con mayoría relativa y tensiones políticas latentes.