
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca marcó una etapa de intensificación en la guerra comercial con China y su impacto llega a todo los rincones del mundo. En este contexto, Estados Unidos avanzó en la imposición de aranceles al comercio exterior y frente a ese escenario, los acuerdos comerciales regionales son una herramienta para recortar riesgos.
Según un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), desde el año 2000 entraron en vigencia casi 300 acuerdos de este tipo, pero Argentina sólo participó en cuatro de ellos.
Para los próximos años, el crecimiento económico mundial será lento y estará enfocado en Asia. Desde principios de este siglo, las economías más dinámicas del mundo se concentran en China, India, Vietnam, Indonesia y Tailandia, entre otros destinos de peso.
“Tanto las economías más dinámicas del mundo, así como estos países de altos ingresos tienen en común el hecho de que no tienen acuerdos firmados con la Argentina ni el Mercosur”, advirtieron desde la entidad rosarina.
Los acuerdos comerciales regionales han ganado terreno como alternativa frente al estancamiento del sistema multilateral. Un claro ejemplo es la Ronda de Doha, último intento de avanzar en la liberalización global del comercio, bajo el paraguas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Esto lleva más de dos décadas con avances limitados y para revertir esta tendencia, los países han optado por negociar acuerdos bilaterales o entre bloques para impulsar el intercambio de bienes y servicios. “Para fines de los años 2000, estos acuerdos ya representaban cerca de la mitad del comercio mundial, y hoy superan cómodamente ese umbral”, señalaron.
En el mundo hay vigentes más de 370 acuerdos comerciales. Argentina participa en apenas 9 de ellos
— BCR Mercados (@BCRmercados) July 14, 2025
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En 2001, cuando comenzó la Ronda de Doha, había 91 acuerdos regionales en vigor y hoy son 376, más del triple.
En el caso de nuestro país, si bien desde ese año mejoró sus números agroindustriales -tanto en producción primaria como en comercio exterior- no hubo un desarrollo en paralelo de estas herramientas.
De hecho, de estos 376 acuerdos, la bolsa rosarina destacó que Argentina participa en apenas nueve de ellos, y solo ha firmado cuatro en lo que va del siglo XXI, todos a través del Mercosur. Los acuerdos fueron con India, Israel, la Unión Aduanera de África Austral y Egipto: el último fue aprobado en 2017, hace ya ocho años.
“La recortada cantidad de acuerdos firmados por el Mercosur no se ha traducido en un fortalecimiento del comercio dentro del propio bloque”, estimaron. El volumen de comercio intra-Mercosur ratifica esta tendencia y mientras hace 25 años el comercio en esta región representaba el 25% de las exportaciones totales de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, hoy apenas alcanza el 10%.
En un escenario internacional marcado por la inestabilidad y las tensiones geopolíticas, se profundiza la fragmentación del comercio global y la pérdida de dinamismo de los foros multilaterales. A las tradicionales barreras arancelarias, se suman nuevas restricciones técnicas, sanitarias y biológicas, escenario que dificulta el acceso a los mercados y multiplica los riesgos de disrupciones comerciales para los países exportadores.
Frente a esta coyuntura, los acuerdos regionales se consolidan como herramientas clave para estabilizar y diversificar la inserción internacional. En ese sentido, el Mercosur avanza en la concreción de nuevos entendimientos, como el reciente cierre de las negociaciones con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) y el tratamiento del acuerdo con la Unión Europea, además de los progresos con Singapur y Emiratos Árabes Unidos.