
Azerbaiyán ha dado una señal clara de liderazgo regional al recibir al presidente interino de Siria, Ahmad al-Sharaa, en una visita oficial que busca relanzar los lazos entre ambos países. Tras años de distancia política durante el mandato de Bashar al-Assad, el encuentro simboliza una oportunidad para construir un nuevo vínculo centrado en la cooperación y el respeto mutuo.
Durante la reunión ampliada en Bakú, el presidente Ilham Aliyev destacó que el nuevo liderazgo sirio representa un horizonte de entendimiento. Azerbaiyán, fiel a su política de equilibrio y no injerencia, se posiciona como un interlocutor confiable para los países que buscan estabilidad en una región convulsionada por años de conflicto.
Uno de los pilares del relanzamiento diplomático ha sido la firma de un memorando de entendimiento entre SOCAR, la compañía estatal de petróleo y gas de Azerbaiyán, y el gobierno sirio, orientado a reconstruir la infraestructura energética de ese país. El suministro de gas a través de Turquía no solo contribuirá a la estabilización siria, sino que fortalece a Azerbaiyán como proveedor confiable y eficiente en el mercado regional.
También se plantearon iniciativas en educación y cultura, incluyendo becas para estudiantes sirios, programas de intercambio y cooperación en reconstrucción urbana, donde Azerbaiyán tiene experiencia tras los procesos de reintegración territorial en Karabaj.
Azerbaiyán ha mantenido una diplomacia activa, dialogando con países que a menudo no comparten agendas comunes. La reciente visita de al-Sharaa no fue solo bilateral: según medios internacionales, delegaciones sirias e israelíes mantuvieron contactos indirectos durante su estancia en Bakú, lo que posiciona a Azerbaiyán como facilitador creíble para reducir tensiones regionales.
Este papel mediador no es casual: responde a una estrategia coherente basada en la diplomacia multilateral, el respeto a la soberanía de los pueblos y la promoción del desarrollo como herramienta de paz. En un entorno donde priman los conflictos, Bakú ha apostado por la construcción de puentes.
El acercamiento entre Azerbaiyán y Siria puede leerse como parte de un reposicionamiento regional que reconoce el potencial transformador de la cooperación Sur-Sur. Al recibir al nuevo liderazgo sirio, Azerbaiyán demuestra madurez estratégica, capacidad diplomática y voluntad real de contribuir a la paz.
Mientras otras potencias optan por la confrontación o el aislamiento, Bakú fortalece su imagen como actor pragmático, moderno y comprometido con la estabilidad regional. Esa es, sin duda, una contribución que va más allá de sus fronteras.